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Asombrosa inconsciencia de la humanidad (VI)

La crisis climática exige reducir el consumo de combustibles fósiles y clausurar pronto las centrales a carbón. Los precios de la electricidad en Europa se han disparado. Son argumentos que aprovecha la industria nuclear para insistir en la generación de electricidad a partir de la fisión del átomo.

Por Juan Vernieri

 

La crisis climática exige reducir el consumo de combustibles fósiles y clausurar pronto las centrales a carbón. Los precios de la electricidad en Europa se han disparado. Son argumentos que aprovecha la industria nuclear para insistir en la generación de electricidad a partir de la fisión del átomo, bajo el argumento que no emite dióxido de carbono, callando que la producción de su combustible emite gases de efecto invernadero en cantidades importantes. Además, omite mencionar el legado tóxico acumulado durante décadas de funcionamiento, y el compromiso que significa para las futuras generaciones.

 

       El lobby nuclear se abstiene, como si desconociera, referir que a más de 70 años de iniciada la era nuclear, no se ha encontrado ninguna solución para la gestión a largo plazo de los grandes volúmenes de residuos nucleares de alta radiactividad, como el combustible gastado que producen todos los reactores nucleares.

 

       Nadie desconoce que el inicio del desarrollo nuclear tuvo razones bélicas. La aceleración que le dio los Estados Unidos para adelantarse a Alemania y el arrojo de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, para evitar la ocupación del Japón por la Unión Soviética, le hicieron pasar por alto, voluntariamente, que la fisión nuclear producía residuos nucleares altamente radiactivos y muy perdurables, que significarían una condena futura para la humanidad. “La tecnología proveerá” se decía. Lo cierto es que han pasado más de siete décadas y la ciencia sigue sin proporcionar solución alguna. Han resultado vanos todos los esfuerzos encaminados a encontrar opciones de disposiciones permanentes y seguras.

 

        Además de los residuos que deja la producción de los combustibles, de los que hay acumulados 2,3 mil millones de toneladas en colas de estériles a 2011, cada año que siguen funcionando los reactores nucleares continúan produciendo doce mil toneladas de residuos radiactivos en todo el mundo. Hay acumuladas más de 250 mil toneladas de combustibles usados, distribuidas en 14 países, sin definición de destino.

 

      El tipo de reactor más común a nivel mundial, el de agua ligera, necesita un combustible de uranio enriquecido. La concentración del isótopo fisible uranio-235 en el uranio natural es solo de alrededor de un 0,71%, por lo que para fabricar el combustible nuclear necesario para el funcionamiento de la mayoría de los reactores ha de incrementarse en un 3-5% mediante el tratamiento en las plantas de enriquecimiento de uranio. Uno de los productos del desecho derivado de estas operaciones de enriquecimiento, es el uranio empobrecido, un residuo del que se calcula que existen actualmente 1,7 millones de toneladas en el mundo.

 

     El enriquecimiento de uranio es el último paso en la cadena del combustible nuclear  antes de su inserción en un reactor para generar electricidad. Cada 12-18 meses se descarga el combustible nuclear gastado. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) calcula que se han producido unas 370.000 toneladas métricas de combustible gastados desde que se inició la producción de energía nuclear con fines civiles, de las cuales 120.000 toneladas han sido reprocesadas.

 

     Los combustibles gastados, almacenados temporalmente en piscinas refrigeradas en los emplazamientos del reactor, carecen de una protección exhaustiva como un segundo contenedor, por lo que son susceptibles a la pérdida de la refrigeración.

 

     El primer ministro japonés Naoto Kan había sido advertido que la pérdida de control de las piscinas del combustible gastado en Fukushima Daiichi, podría provocar una contaminación radiactiva tan grave que “tendríamos que evacuar a 50 millones de personas. Hubiera sido como perder una guerra de enormes dimensiones… Temía que se sucedieran décadas de agitación y que supusiera el fin del Estado de Japón” expresaba el primer ministro Kan

 

      Uno de los motivos por los que la vida útil de los reactores y las decisiones sobre la eliminación gradual de las nucleares es tan importante, es por la cantidad de residuos nucleares de alta actividad que en algún momento el mundo tendrá que gestionar.

 

       En nuestro país hay 1632 toneladas de combustibles gastados en Atucha I, 493 toneladas en Atucha II y 2724 en Embalse. Total 4.849 toneladas a 2020.

 

¿No es una inconsciencia promover la instalación de nuevos reactores?

 

         Seguir produciendo combustibles gastados sin haber resuelto su destino, no solo es una pesada imprudencia, sino un desprecio hacia las generaciones futuras.

 

ARGENTINA NO DEBE COMPRAR LOS REACTORES CHINOS

 

NI NINGÚN OTRO.

 

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