Obra social del personal militar dejó abandonado a bebé de 9 meses enfermo
Una familia muy conocida de Río Mayo viene pasando, desde mediados del año pasado, numerosas adversidades por la falta de cobertura por parte de la obra social IOSFA, perteneciente al personal militar y civil de las Fuerzas Armadas: el bebé tiene 9 meses y padece Síndrome de West, nació en plena pandemia, y sus padres han llegado a gastar en forma mensual más de 300 mil pesos en viajes para que se le pueda realizar la rehabilitación correspondiente en Comodoro Rivadavia.
por REDACCIÓN CHUBUT 27/02/2021 - 00.00.hs
La mamá del bebé, Luciana Zalazar, se comunicó con EL CHUBUT para dar a conocer lo que están atravesando y solicitar públicamente a la obra social que le realicen los reintegros que nunca han llegado; además de agradecer al pueblo de Río Mayo por ayudarla en los emprendimientos que ha generado para juntar dinero, como ferias, rifas, venta de ropa. Su esposo, Paul Avendaño, es personal del Batallón Militar de Río Mayo.
«Por reclamar lo que corresponde, he sufrido destrato por el personal de la obra social IOSFA, sede de Comodoro Rivadavia. Todos los martes, miércoles, jueves y viernes realizo viajes desde mi pueblo, Río Mayo hacia la ciudad de Comodoro Rivadavia, para garantizar la rehabilitación y calidad de vida de mi hijo. Contra todo: estoy pagando sus terapias, estoy pagando los viajes de taxi de más de 18 mil pesos cada uno de ellos, es decir casi 300 mil pesos, cuando nuestros ingresos ni siquiera superan los 90 mil pesos, que puede parecer mucho. Pero vivir con una persona con discapacidad en un mundo donde todavía no se entiende la importancia de la rehabilitación como algo beneficioso para la persona a futuro, es difícil», comenzó señalando.
En el año 2020 «mi hijo estuvo 3 meses en Comodoro Rivadavia, nacido en plena pandemia, prematuro y con miles de complicaciones postnatales. El se encontraba luchando por su vida y yo luchando más para tener las prestaciones que le correspondian cuando solo debía estar cuidando de él, y la obra social haciendo su trabajo».
Son padres, además, de una niña de tres años que quedó a cargo de su abuela mientras «mientras mi pareja se encontraba acompañándome en la situación de terapia intensiva del bebé.
SIN REINTEGROS
En este contexto, la joven madre agradeció a su familia, al Municipio de Río Mayo, que solventó uno de los viajes, y a la Clínica del Valle de Comodoro Rivadavia, por la atención brindada a su hijo. En agosto, el bebé obtuvo el Certificado Unico de Discapacidad.
«Con certificado en mano, comencé a tramitar las terapias, y el personal de IOSFA manifestaba que todo era por reintegro, pero no te dicen cuándo va a llegar el reintegro», señaló Salazar, para agregar que todo lo vivido fue en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio. En un momento, «no me dejaban viajar desde Río Mayo con ningún personal esencial, aduciendo normas sanitarias, por lo que ningún taxi ni remis me querían llevar a las terapias de mi hijo, porque si me llevaban tenían que aislarse. Viajé en ambulancia una semana y luego en un taxi que ofreció el Municipio. En fin, luchas y trabas innecesarias».
AL JUZGADO FEDERAL
Por ello, «luego de pagar meses y meses las terapias sin que la obra social me devuelva la plata de terapias, taxis, consultas con neurólogos infantiles, gastos en la ciudad, es que decido acudir al Juzgado Federal.
«Pero se dilatan los tiempos de todo, para ellos es fácil decir que IOSFA reintegra cada 6 meses, todo es por reintegro, no te cubre, no se puede, no hay.
«Siempre pienso que delante de mi bebé hay una mamá guerrera, insistidora y con ganas de mejorar su calidad de vida. Pero qué pasa con aquellas mamás o papás que se quedan sin las fuerzas para seguir?, enfatizó la joven, que con todo, pudo recibir de profesora de Educación Especial.
«IOSFA hizo caso omiso primero a la carta de intimación que presentó el Juzgado Federal, e incluso a la medida cautelar que hay de por medio, luego de su actitud poco colaboradora con el caso. Además se resolvió el 40 por ciento por zona desfavorable que no se cumplió, porque los pocos reintegros me los han pagado a precio base, sin respetar la medida cautelar dictada a favor del bebé».
Tampoco la obra social presentó la documentación para trasladar al bebé a Buenos Aires, al Hospital Garraham, ya que en el mes de enero comenzó con convulsiones. Como demoraron ese trámite, Luciana y Paul viajaron con su bebé por sus propios medios el pasado 1ero de febrero: «Mi hijo estaba cada día estaba peor: desaturación, espasmos con cambios de coloración azulada, espasmos convulsivos en flexión y salva, noches y noches sin dormir, sensibilidad a los ruidos, etc. Instalados en la ciudad de Buenos Aires, obviamente con todos los costos, la neuróloga infantil diagnostica el Síndrome de West.
«Acá es donde entendí por qué debía apurarme, mi hijo estaba perdiendo todas las funciones corporales por este Síndrome, que si no es controlado puede generar un cuadro grave en un bebé a esta edad en tan solo meses».
NUEVAS TERAPIAS
El martes 23 de febrero «ya comenzamos sus terapias de rehabilitación, pagadas por nosotros, viajes pagados por nosotros, comida pagada por nosotros, y encima solventar gastos de mi hija, alquiler, servicios, comida».
«No hay de donde más sacar dinero, vendo ropa, calzado y hasta productos de cosmética, para aportar con los innumerables gastos que tenemos pero no alcanza, más, si con 9 meses que tiene mi hijo no me devolvieron ni el 10 por ciento de lo que nos deben, ya que los montos me los dan por resolución de nomenclador, sin el 40 por ciento más que resolvió el Juzgado Federal».
Por último, señaló que hizo público el reclamo porque «no pido más que lo que le corresponde a mi hijo, pido la intervención de quien corresponda, los recursos de amparo de salud no deberían tardar 9 meses para resolverse, tiempo perdido es tiempo valioso que mi hijo debería estar rehabilitándose, no lidiando con los pagos de la obra social.
«Pido que el Juzgado Federal deje de hacer caso omiso a esto, que dejen de manifestarme que lo económico no es importante como la salud, cuando saben claramente que si no pago lo que mi hijo hace, no le puedo brindar calidad de vida que se merece», indicó.
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