Este curso está organizado por la Asociación de Escuela de Karate de la provincia del Chubut, donde además de este intensivo curso, Inoue tomará exámenes de Kyu y para quienes quieran ser 1º, 2º y 3º Dan.
Se espera para este curso más de un centenar de karatecas de distintos lugares de la provincia y la región patagónica, que será apuntalado también por los integrantes de la AES Chubut como ser su presidenta Rosana Millanao (5º Dan), el Jefe Técnico de la AES Carlos Kaless (6º Dan) y el instructor Carlos Ramírez, residente en Esquel, quien es el Vicepresidente de la AES Chubut.
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Nacido en Yokohama (Japón) el 11 de Agosto de 1947, Mitsuo Inoue entró en contacto con las artes marciales cuando cursaba la escuela primaria. Así, conoció el karate, judo y kendo, entre otras disciplinas, sin definirse por ninguna.
En Tokio, a la edad de 17 años, ingresó en la Universidad de Komazawa, considerada actualmente como la mejor del mundo en Karate, e inicia el aprendizaje sistemático de este Arte Marcial. “Practicábamos con el maestro Oishi en la Universidad de Komazawa. Estudiaba economía, pero siempre me dediqué al karate”, contó en su momento y vuelve a su infancia, en una ciudad devastada por la Segunda Guerra Mundial.
Cuando llegó a Buenos Aires, en 1970, Inoue ostentaba ya la categoría de 3° Dan. Este viaje, que no estaba en sus planes, obedeció al pedido que hiciera a la Asociación japonesa el profesor Michihisa Itaya, quien ya estaba en Argentina, difundiendo su arte marcial y necesitaba como ayuda que enviaran un instructor a la Argentina.
La designación recayó sobre él por haber sido compañero de Itaya y uno de los sobresalientes en la Universidad.
Con la muerte de Itaya, ocurrida en un accidente de tránsito en 1973 en Buenos Aires, Inoue pasó a ocupar su lugar.
Mitsuo se encontró solo, en la disyuntiva más difícil de su vida: en Japón lo esperaban su familia y su mundo. En la Argentina, un grupo recién formado y súbitamente huérfano. “Alguien tenía que continuar el trabajo, entonces me quedé”, recuerda.
“Mi madre sufrió un montón, por ese motivo enfermó y murió. Pero una vez comenzado el trabajo, el hombre tiene que terminarlo. Mucha gente había empezado karate y yo no podía abandonarlos”, afirma.
Cuando llegó a nuestro país, no sabía una palabra en español. “En las clases de karate no se habla, sólo hay que cumplir órdenes”. Es por el respeto, que va más allá de la autoridad.
Se grafica si pensamos que el término Sensei, como se llama al maestro, está compuesto por los caracteres kanji Sen (antes) y sei (nacer o vida) y refiere a aquél que posee el conocimiento y la experiencia para enseñar. Y es la cualidad de la cultura oriental que Mitsuo Inoue destaca. “En Japón aceptamos las cosas como tienen que ser. Aceptamos y respetamos todo”.