Precisamente este documental fue vista través de un «avant premier» en la sede vecina del barro Bella Vista, lugar donde se crió este gran atleta y mejor persona y no hubo una nueva posibilidad de compartirla con la gente en lugares más amplios.
Esta pandemia del brote de Coronavirus nos hace quedarnos en casa, con mucho tiempo libre y este es el momento de conocer un poquito más a este gran atleta y mejor persona, Darío «Lalo» Ríos.
Un documental muy prolijo y emotivo. Que muestra la sencillez de un atleta noble y puro. Darío «Lalo» Ríos es el amigo de todos, se hizo querer por su bondad. Encontró el mundo de grande. Su mundo de pequeño que era sin límites, porque así es el campo, pero ahora con el atletismo se agrandó, llegó a lugares impensados. Corriendo, ganando.
Conoció gente y cultura, corrió por grandes montañas y conoció, entre otros lugares, la puerta de Brandenburgo en Berlín, con toda la historia que eso significa, recordando la segunda Guerra Mundial.
UNA PELICULA 
EN SI MISMA
La vida de Darío «Lalo» Ríos es una película en sí misma. Y hablando de su película, llegará el momento de que se pueda ver en lugares más amplios de Esquel y, como primicia, en una cadena de televisión de Buenos Aires, quien está interesada en este documental bien patagónico, bien del barrio Bella Vista, bien del Alto Río Percy.
Darío «Lalo» Ríos nació en el seno de una familia humilde. Recordemos que de oficio fue alambrador y comenzó su carrera deportiva recién a los 28 años.
La infancia y la adolescencia de «Lalo» Ríos fue por demás difícil, según lo cuentan sus padres en el documental. El cortar leña fue algo habitual en la vida de «Lalo», quien siendo trabajador de un campo se cruzó con «Laly» González, quien también trabajaba en un campo y se dedicaba a correr.
Allí mismo le empezó a picar el bichito en eso de correr y quiso saber «cuáles son las sensaciones que uno tienen corriendo».
Se contactó con Oscar Segundo, quien le recomendó no meterse en el boxeo porque «Lalo era demasiado bueno» y lo acercó hasta Rodrigo Peláez para que sea parte del equipo Awkache.
Esto fue en el 2007 y a partir de allí la historia es más conocida, llegaron los viajes, los desconocidos podios, lo inquietó de subirse a un avión y los mundiales de trail.
Por su edad parecía imposible que pudiera destacarse en la élite del atletismo nacional (hasta ese entonces jamás había practicado deporte, solo actividades rurales) y sin embargo fue Campeón Argentino de Trail, Campeón Argentino de Montaña, Campeón Argentino de Maratón. Sub campeón Sudamericano de Trail y de Maratón y representante argentino en los mundiales de Trail de Italia, Polonia y el último en Villa La Angostura.
Participó además en los maratones más importantes del mundo como ser en Berlín (Alemania) y Rotterdam (Holanda).
Fue el último ganador del Maratón Internacional Día de la Bandera en Rosario. Dos veces ganador de los 30 km de Buenos Aires. Ganador del Maratón 3 ciudades patagónicas, entre otras victorias y podios.
Y Darío «Lalo» Ríos es un personaje en sí mismo. No debe haber tipo más bonachón que él. Inocente, sencillo y humilde. Hombre de campo, de esos bien gaucho, con alpargatas, pantalón bombacha, pañuelo al cuello y boina.
Así es «Lalo» Ríos, el de los favores ofrecidos sin pedir nada a cambio.

SU VIDA ES 
PARA CONTARLA
«Lalo lo que tiene es una historia destacada», señaló el documentalista Franco Peláez.
«Es destacada desde lo deportivo porque ha representado a Esquel en diferentes pruebas y su vida es para contarla, porque ‘Lalo’ vivió en el campo hasta los 28 años y no sabía nada del deporte, y a esa edad cualquier atleta ya está en la plenitud de su carrera».
Es muy raro que un atleta que arranca a los 28 años, haya tenido los resultados que logró, siendo el mejor en los torneos provinciales, en los campeonatos argentinos y en Sudamérica, siendo ahora un destacado atleta de montaña, es una historia atípica del mundo del deporte.
Por ello, en tiempos de cuarentena, poné play y disfrutá de «Lalo» Ríos, Corredor de Sueños.