Carta del Lector

Con una entrevista, recordaron al profesor Guerra a pocos dias de su fallecimiento

por REDACCIÓN CHUBUT 05/05/2024 - 00.00.hs

El pasado 30 de abril falleció el profesor Oscar Alfredo Guerra. Al haber sido exalumno y docente del Colegio Salesiano de nuestra ciudad (Santo Domingo y Padre Juan Muzio), quienes fuimos sus alumnos y colegas queremos recordarlo rescatando de la memoria la entrevista que le realizaran dos alumnas del último año del secundario, Sabrina Rossi y Delfina Torres Cabreros, con motivo de celebrarse el Centenario del Colegio y que fuera publicada en la revista editada con motivo de dicho festejo.

 

La entrevista de las alumnas al profesor Oscar Guerra es la siguiente:
- ¿Quiere contarnos cómo comenzó su paso por el Colegio?
- Bueno, además de ser exdocente, soy exalumno del Santo Domingo. Hice toda mi primaria ahí y, como no había secundario todavía, tuve que hacerlo en el Colegio Nacional. Terminé en el año 1951 y, ni bien finalicé, empecé como maestro en primer grado. Salías del Nacional y podías ejercer como maestro.

 

Este trabajo me lo ofreció el P. Director Juan Cabiale y era sólo por un año; yo no sabía que iba a terminar ejerciendo durante cuarenta años. Estuve como maestro de primer grado (primero inferior en ese entonces) durante seis años.
Luego, cuando se creó el secundario, sin ser profesor, junto con mi gran compañero Alberto Astutti, nos dividimos los cursos y dictábamos clases de Geografía: yo daba en 3º y 4º año y él, en 1º, 2º y 5º año.
Además, yo daba otra materia; Dibujo, algo así era.

 

Pasaron los años y terminé siendo Secretario, profesor en el Secundario y maestro en el primario. Y, aunque no lo crean, lo que más me costó dejar fue el primario; me había encariñado mucho con los nenes. Me jubilé en el año 1995.
- ¿Algún recuerdo que quiera mencionarnos?

 

-Nunca me voy a olvidar de cuando éramos chicos, que jugábamos a la pelota en el patio del Santo Domingo y que le pegábamos con tanta fuerza que el Padre Juan Muzio pasaba esquivándose los pelotazos. 
También recuerdo lo buena persona que era el P. Juan: muy sencillo, muy humilde. Tardaron mucho en convencerlo para que aceptara que el nuevo Colegio llevara su nombre; no quería saber nada, era demasiado humilde.
 
Exdocentes
y exalumnos 
del colegio salesiano.

 

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