Chubut

El sitio nuclear más peligroso de Europa (El monstruo británico)

En notas anteriores dimos un panorama de lo que significan las instalaciones nucleares británicas de Sellafield. Hoy continuamos con el tema. Dijimos que la instalación nuclear de Sellafield en el Reino Unido tiene una fuga que podría representar un riesgo para el público. La planta está considerada actualmente como la más peligrosa de Europa y ha provocado tensiones diplomáticas con Estados Unidos, Noruega e Irlanda.

El incendio que sufrieron las instalaciones dejaron buena parte del complejo en ruinas, grietas en un depósito de lodo tóxico conocido como B30, grietas en la piel de hormigón y asfalto que cubre el enorme estanque que contiene décadas de lodo nuclear.

 

Según la Investigación del diario británico The Guardian, llamada “Nuclear Leaks”, es probable que la fuga de líquido radiactivo sea uno de los “mayores riesgos nucleares en el Reino Unido”. Que es posible que continúe hasta 2050.

 

Esto podría tener consecuencias “potencialmente significativas" si se acelera, con el riesgo de contaminar las aguas subterráneas.

 

Hemos mencionado las complicaciones diplomáticas con Noruega e Irlanda por las proximidades de estas naciones, pero a los demás países europeos también les preocupa, más por la falta de transparencia del Reino Unido. 

 

Un científico de un panel de expertos y asesor del gobierno del Reino Unido confesó que la fuga radiactiva y otras fugas químicas en Sellafield han sido "firmemente escondidos bajo la alfombra".

 

Según medios locales, lleva más de 3 años goteando en su continua búsqueda de extraer décadas de desechos nucleares de una instalación que data de los años 60 y descrita como “una de las instalaciones nucleares de mayor riesgo en el Reino Unido”, una tarea que, según dice, podría llevar al menos 20 años.

 

“En 2019, Sellafield informó a La Oficina para la Regulación Nuclear del Reino Unido (ONR) de una fuga desde la unidad de almacenamiento. Ésta empeoró significativamente durante los dos años siguientes, y un documento no reportado revela que cada día se escapan de la instalación entre 2,3 y 2,5 metros cúbicos de “licor” radiactivo”.

 

“Este líquido es una sopa de limaduras de aleación de magnesio radiactivo disueltas en agua, provenientes del revestimiento de desechos que encerraba el combustible nuclear gastado Magnox”, detalla el portal inglés.

 

Lo más grave del asunto es la ignorancia tras años de experimentos y actividades indocumentadas. Es decir, los expertos no pueden elaborar un diagnóstico fiel sobre las fugas y, sin él las respuestas serán insuficientes y nulas.

 

En otras palabras, el desconocimiento sobre el riesgo que representa para el público y su capacidad de previsión será lamentable. Todo está librado a conjeturas y modelos basados en fugas de la instalación.

 

“Las fuentes han advertido que los requisitos básicos de seguridad del sitio, se están desgastando cada vez más y que los peligros a largo plazo están siendo ignorados o no contenidos”.

 

Entre los innumerables problemas de seguridad figuran las instalaciones contra incendios, como la falta de funcionamiento de las alarmas dentro de los estanques de almacenamiento de primera generación, uno de los cuales es el B30, paros laborales diarios debido a la falta de personal adecuadamente calificado y capacitado en seguridad nuclear, y un número cada vez mayor de contaminación y protección radiológica.

 

En su última revisión del sitio de Sellafield de marzo de 2023, la ONR advirtió que “la inteligencia regulatoria indica que se requieren mejoras en la seguridad convencional, la seguridad contra incendios, la ciberseguridad y la reducción progresiva de los riesgos de alto peligro”.

 

Un portavoz de Sellafield aseguró que están haciendo todo lo posible para minimizar las consecuencias de esta fuga: aparentemente ciegos ante el riesgo “Estamos orgullosos de nuestro historial de seguridad en Sellafield y siempre nos esforzamos por mejorar”. 

 

 Recinto abandonado en 2006, que se utilizaba para almacenar desechos nucleares

 

Para colmo, recientemente en diciembre denunciaron un presunto ciberataque de grupos rusos y chinos a la planta nuclear. 

 

Una investigación de The Guardian reveló la incrustación de un malware en las redes informáticas, aparte de la fuga en un enorme silo de residuos radiactivos.

 

 Continuaremos con el tema.   

 

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