Chubut

Consecuencias de las pruebas nucleares soviéticas

En notas anteriores relatamos algunas de las consecuencias de las pruebas norteamericanas, pero EE. UU. No fue el único país implicado en la polémica de los ensayos nucleares. El otro polo de la Guerra Fría, la Unión Soviética, también realizó una cantidad ingente de pruebas nucleares de dudosa ética.

Entre 1949 y 1989, los soviéticos detonaron 456 dispositivos nucleares en el sitio de pruebas de Semipalatinsk, una amplia región al noreste de la entonces República Socialista Soviética de Kazajistán. 
Muchas de estas detonaciones fueron de una magnitud bastante mayor que las estadounidenses de la operación Plumbbob. Llegaron a alcanzar cientos de kilotones.
Para comparar tengamos presente que la bomba arrojada en Hiroshima tenía 16 kilotones de potencia y la de Nagasaki 21.
La región de Semipalatinsk estaba en su mayoría deshabitada, pero la salud de sus escasos pobladores sufrió efectos devastadores en los años siguientes a las pruebas. Según un artículo de James Lerager, al menos 60 000 personas que vivían en un radio de 80 kilómetros murieron debido a diversos tipos de cáncer, inducidos por la radiación devenida de las pruebas. 
Otros estudios indican que las personas afectadas por las emisiones radiactivas en la región entre 1949 y 1956 mostraron un 80 % más de mutaciones genéticas.
Se estima que al menos 200 000 personas vieron su salud afectada como consecuencia de las pruebas llevadas a cabo en Semipalatinsk, sitio al que ya se lo denominaba “el polígono”.
En la Guerra Fría, se incrementaron los ensayos nucleares como forma de mostrar superioridad respecto a la otra parte. Estados Unidos en Nevada, y la Unión Soviética en Semipalátinsk.

 Imagen: RT.

 

El sitio de pruebas nucleares quedaba en la llanura en el noreste de Kazajistán, que para ese entonces era una república de la URSS.
La base militar y científica Semipalátinsk, se inauguró en 1949, cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial.
La URSS trasladó su más alto equipamiento militar y nuclear a una estepa solitaria de Kazajistán, perteneciente a la región de Semipalátinsk.

 

Ensayos y prácticas nucleares
La primera prueba de bomba nuclear ocurrió en 1949, para entonces Estados Unidos ya había realizado más de 50 pruebas en Nevada.
Para no quedarse atrás, el gobierno de Josif Stalin quiso emular las acciones militares y científicas de su entonces enemigo.
Durante ese tiempo de pruebas, se detonaron al menos 10 bombas atómicas por año, llegando hasta las 500 bombas de ese tipo hasta 1991.
Tiempo después de la caída del bloque socialista, se tomó conciencia de lo que había ocurrido en “el polígono”.
Para los altos jerarcas, este terreno era idóneo para los ensayos nucleares, debido a que se encontraba “deshabitado”. Sin embargo, habían muchos pobladores campesinos dispersos y a 128 kilómetros estaba la ciudad de Kurchatov cuyos habitantes eran campesinos desplazados por la II Guerra Mundial. La zona no estaba del todo “desierta”.

 

Un pueblo expuesto a las más altas radiaciones

 

  Imagen: BBC.
La mayoría de los pobladores recibieron dosis altas hasta letales de radiación. Los campesinos divisaban en el cielo el hongo nuclear y notaban que el cielo se oscurecía de repente.
Sin saberlo, se expusieron así a dosis muy perjudiciales a corto o largo plazo. Los primeros hallazgos de malformaciones congénitas se dieron cuando, las mujeres daban a luz en la ciudad de Semipalátinsk, ante el asombro de los bebés que nacían.
Asimismo, muchos morían de cáncer, leucemia y de otras enfermedades inmunológicas, todos ellos de manera inexplicable.
Tras la evidencia de un pueblo cercano al sitio de pruebas, el gobierno soviético, de turno, hizo la vista gorda y siguió experimentando con bombas atómicas.
Un crimen totalmente oculto
Los casos de cáncer, enfermedades que afectan al embrión o feto y congénitas, crecían también en los pobladores de Kurzhakov, mientras se reportaban los casos a Moscú.
En las altas esferas del gobierno soviético lo más importante era la carrera nuclear, era igualar o superar a los Estados Unidos, no preocupaba mayormente los efectos en su propia población. 
De esta manera, los casos quedaron en el olvido, y solo se trataban hasta prolongar la agonía con los escasos recursos de la ciudad de Semipalátinsk.
Impactante es la experiencia que relató un activista que nació sin extremidades superiores, debido a que su madre fue una de las afectadas por la exposición a la radiación en el pueblo de Kurzhakov.
Tras intentar ocultarlo, la verdad salió a la luz con la caída del bloque soviético, y diversas organizaciones se pronunciaron en contra de las actividades nucleares en Nevada y Semipalátinsk.

 

Un sitio abandonado

 Imagen: RT.

 

El final de la Guerra Fría dejó a un estado soviético colapsado. Se independizaron las repúblicas soviéticas, y con el nuevo liderazgo, el sitio fue cerrado en 1991 y exigieron a Moscú (Rusia) hacerse cargo de los equipos atómicos en ese territorio.

 

Los rusos se negaron, el nuevo gobierno estaba en contra de las políticas de la URSS, y “el polígono quedó en completo abandono”. Posteriormente, el antiguo director del sitio intentó contrabandear armamento para otros países hasta que fue descubierto. También hubo vandalismo sin importar la exposición a la radiación.
La población de Semipalátinsk se renombró Semey, apenas ocurrió la independencia.
Finalmente, la ONU escogió el 29 de agosto de 1991 (coincidiendo con el cierre de Semipalátinsk), como el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares.                                                       (Fuente: Samuel García)
 

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?