Puerto Madryn

Luces y sombras de un alga invasora que vive en el Golfo Nuevo

La Undaria pinnatifida, llegó hace más de tres décadas. Su presencia genera efectos negativos y puede resultar molesto para quienes quieren disfrutar de la playa. Pero también tiene múltiples usos y representa un gran potencial económico.

por REDACCIÓN CHUBUT 02/02/2024 - 11.22.hs

En épocas de verano, donde vecinos, vecinas y turistas se abocan a las playas de Puerto Madryn, las algas marinas suelen ser un elemento ciertamente molesto para quienes pretenden disfrutar de una jornada playera, sobre todo cuando se secan, producen mal olor y atraen insectos. Sin embargo, las algas en general forman parte del componente natural de los fondos marinos y también tienen un gran potencial productivo para la región.

 

La doctora Paula Raffo, investigadora del Laboratorio de Algas Marinas Bentónicas del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), cuenta sobre a la especie que se encuentra mayoritariamente en la costa de la ciudad: “La que domina en este momento entre las algas que salen y se acumulan en la playa es la especie invasora Undaria pinnatifida. Cuando este alga termina su ciclo de reproducción, se desprende del fondo y sale a la costa formando colchones muy grandes que se van pudriendo, despiden mal olor y, a veces, alteran el uso de las playas y nos impiden disfrutarla como realmente queremos”.

 

 

Esta es originaria del noreste asiático y se estima que llegó accidentalmente a las costas chubutenses en el agua de lastre de un barco hace más de 30 años.

 

La primera planta se detectó en un pilote del muelle Comandante Luis Piedra Buena y desde allí colonizó casi todo el fondo marino: “Se hicieron varios estudios sobre el impacto que tiene este alga en el fondo del mar y el problema es que altera la diversidad que hay en el fondo. Por un lado, por ejemplo, desplaza otras algas porque crece muy rápido y les hace sombra o usa el mismo espacio. Y al tener mayor tamaño y crecer muy rápidamente, principalmente en invierno y primavera, suele modificar la diversidad de otras especies de algas. Desde su llegada, la diversidad de otras algas ha disminuido drásticamente, hasta en un 50 por ciento”, agregó Raffo.

 

“El alga ya está establecida hace muchísimos años, el problema ya está presente, pero tenemos que ser conscientes de que el origen de la introducción de especies es ocasionado por la actividad humana. Por eso es tan importante trabajar en su prevención. Es importante reflexionar sobre la manera en que uno se relaciona y se vincula con el mar y que, en las especies introducidas, el origen es antrópico”, remarcó.

 

 

 

Pero no todas son malas noticias, también tiene varios aspectos positivos, como su utilización productiva e industrial y el potencial económico que podría tener para la zona. “Es una de las tres especies que más se consumen en el mundo, hoy es muy utilizada, y cada vez más elegida por personas que eligen consumir productos veganos y la alimentación saludable. Las algas tienen muchísimos nutrientes, son bajas en carbohidratos y aportan mucho a la salud humana”, cuenta Raffo y agrega que “con la lámina se hace un producto que se llama Wakame, que junto con el Nori, es de las especies que más se comen en Oriente. Es un sabor muy delicado, muy rico y se puede usar en muchas comidas de manera muy fácil”. Actualmente, el alga es recolectada y comercializada para su consumo por un emprendimiento local y existe un grupo de Investigación que está estudiando sus propiedades y usos para consumo.

 

También es muy utilizado en cosmética, pero no es necesario ser un gran productor, ya que, teniendo las precauciones adecuadas, cualquier vecino o vecina puede recolectar el alga y darle utilidad en la casa: “Si el alga está fresca todavía y es recolectada de ambientes sin polución, se puede llevar a casa, lavarla con agua dulce, secar las láminas, moler y usar, por ejemplo, en una bañera, porque tiene muchas propiedades para la piel”.

 

 

Otro uso casero que tiene es el de bioestimulante natural para las plantas: “Si hacemos permacultura o queremos algo más orgánico, el alga no tiene absolutamente nada químico y le da más tolerancia a la desecación, al estrés hídrico y en muchos casos proporciona mejores frutos”, informó.

 

“Acá la cosecha de algas se lleva a cabo de manera artesanal. Pero ecológica y biológicamente queda muchísimo por conocer, porque es un sistema que va cambiando unto con otros factores que modifican el paisaje, como el cambio climático. No nos olvidemos que las algas, además de producir oxígeno, son la base de la trama trófica, o sea, sin las algas no habría alimento u hogar para otros organismos que forman la comunidad que habita en el fondo del mar, desde los invertebrados hasta los mamíferos marinos”, finalizó la investigadora del CONICET.

 

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