Me siento estafada por PAMI

Sr. Director

por REDACCIÓN CHUBUT 15/04/2017 - 02.53.hs

Me dirijo a Ud. con motivo de expresarle mi angustia y solicitarle su ayuda como comunicador social. Recurro a Ud. sabiendo que con la difusión de mi problema tal vez pueda resolverlo y además ayudar a muchas personas que están en mi situación.

 

Mi esposo padece de Alzheimer y demencia senil, es afiliado al Pami, o sea somos víctimas de esa estafa que se dice Obra Social; su estado se ha agravado terriblemente los últimos meses, y mi hijo y yo hemos sido maltratados en forma permanente por el Pami cada vez que solicitamos ayuda.

 

Quiero dejar bien en claro que nosotros lo hemos cuidado con todo el amor y posibilidades que tenemos, pero ya mi marido no come, no bebe, no habla, hace meses que no controla esfínteres, grita de dolor todo el tiempo y es casi imposible bañarlo o trasladarlo.

 

Hemos solicitado al Pami la internación varias veces y siempre nos topamos una asistente social, quien haciendo gala de absoluta soberbia y falta de humanidad nos ha hecho perder tiempo valioso para la calidad de vida de mi esposo.

 

Cada vez que nos entrevista nos pide un nuevo papel o nos solicita hacer un nuevo trámite, incluso nos ha dado planillas para realizar trámites equivocados.

 

Hoy fue lo último. Mi marido hace 48 hs. que no come ni bebe, ya no se comunica, con rigidez en todo el cuerpo, escaras, y grita al movilizarlo.

 

Hoy fuimos una vez más al Pami, después de que lo viera el médico y recomendara una internación geriátrica; terminó mi hijo una vez más ante la asistente, que sobradoramente le indicaba una serie de trámites, encuestas y entrevistas para ver «si decidía» la internación. Cuando mi hijo le gritó que mientras tanto qué hacía con el padre, que hacía dos días no comía y que ya no tiene venas como para canalizarlo, riéndose le dice: «Mi amor... si no tengo todos estos papeles no puedo hacer nada».

 

Imagínese el estado de nervios de nuestra familia como para soportar tanta burla. Hemos tenido que molestar a un profesional amigo para que nos acompañe y logramos una derivación a Rawson, pero eso no es el final, solamente ganamos un poco más de tiempo. Qué pretenden, que mi esposo muera de hambre y sed delante de nuestras caras?

 

Sé que mi caso no es el único y que son muchos los afiliados del Pami que sufren cosas parecidas; eso no es una excusa para el mal trato, la burla y el abandono.

 

Por el contrario, debiera ser motivo de vergüenza e intervención por parte de las autoridades en la Obra Social Pami, que por supuesto no es gratis, la pagamos los afiliados con plata y vida!!!

 

Le ruego que haga conocer esta situación para que llegue a los oídos insensibles de las autoridades del Pami.

 

Elisa Ferrin - DNI. 6.272.780 -

 

Cel.154684786

 

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