Historias

Otoño: La estación deseada

El sol es más amarillo. La luz más lateral realza los relieves de las calles en la mañana. La calidez de la tarde invita al paseo o tirarse de cara al sol. Ya los fresnos primerean en su amarillar. La ciudad se hace otra. Difrutar la calma, el aire se tomó descanso en sui ir y venir ventolero y persiste un equilibrio en el lento paso de las horas, más lento que nunca. Momento para recorrer la ciudad con la poesía que siempre fue al encuentro del otoño.

 

“Vamos a preparar la tierra y a enseñarla a ser madre, a guardar las semillas que en su vientre van a dormir cuidadas por dos jinetes rojos que corren por el mundo: el aprendiz de otoño y el otoño. Así, de las raíces oscuras y escondidas podrán salir bailando la fragancia y el velo verde de la primavera”. PABLO NERUDA.

 

“He llegado de nuevo, soy tu estación dilecta. Que no partas me pides en un tono de queja. ¡Porque solo tres meses te quedas, y se aleja tu esplendor lentamente dando y perdiendo vida! ¡Dorada y adorada! Prestidigitadora que la estatua con símbolos de piedra conmemora”. SILVINA OCAMPO.

 

“El otoño tiene el color del universo/que es como decir el color del infinito/ cuando el almanaque marca el fin del otoño somos tan ingenuos que lo creemos/pero el otoño no termina nunca/ el invierno, la primavera y el verano/ son apenas estados del otoño”. MARIO BENEDETTI.

 

“Hoja caída, hoja marchita, llama helada y gris y lisa y gris/Hoja caída, hoja caída llama helada/el viento solo el viento en las tardes heladas/No el cierzo, el viento gris/el viento solo el viento en las tardes heladas/ es la antigua, de siempre, inútil necesaria, fatal eterna vuelta de todo, como siempre, inútil, necesaria”. IDEA VILARIÑO.

 

“Debí decir te amo /Pero estaba el otoño haciendo señas/clavándome sus puertas en el alma/Amada, tú, recíbelo/Vete por él, transporta tu dulzura por su dulzura madre./Vete por él, por él, otoño duro,/otoño suave en quien reclino mi aire./Vete por él, amada./No soy yo el que te ama este minuto./Es él en mí, su invento./Un lento asesinato de ternura”. JUAN GELMAN.

 

“Y en este caso nos aferramos  la las delicias de los comienzos del otoño y pedimos a la estación que se detenga, porque es demasiado hermosa para perderla o para correr el riesgo de no estar en la tierra el año próximo, para esperar su regreso”.  IDA VITALE.

 

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