Regionales

Denuncian que un individuo se hizo pasar por empleado del IPV y estafó a familias

Al menos cuatro familias fueron estafadas en los últimos 15 días por un individuo que se haría pasar por funcionario del IPV, denunciaron vecinos a EL CHUBUT.

por REDACCIÓN CHUBUT 29/05/2017 - 05.40.hs

El sujeto les mostró un dúplex recién terminado del IPV, les pidió un adelanto de dinero con la promesa de poder ocuparlo y desapareció en el acto, según relató una vecina. 
Según las fuentes, la operatoria es muy similiar a la estafa de tierras que denunció el Municipio de Trelew hace unos meses, y está siendo investigada por el fiscal Osvaldo Heiber. La causa está en la fase de investigación preliminar y todavía no hay detenidos. Meses atrás la Municipalidad exoneró a un empleado de planta transitoria que estaría involucrado. Vecinos trazaron vinculaciones entre los actores presuntamente involucrados.  

 

Al parecer, cuando el sujeto se contactaba con una familia, les mostraba la vivienda del IPV, en 28 de Julio y Corrientes, a la que podía acceder abriendo la puerta con llave. Por esta razón, las víctimas no sospechaban nada. 
El individuo les proponía un «acuerdo por abajo» por el cual les permitiría acceder rápidamente la vivienda, a cambio de un adelanto de 17 mil pesos. Las familias le dieron el dinero en la mano y nunca más pudieron volver a contactarlo.

 

Según las fuentes, el sujeto aseguraba tener «influencias» en el IPV para ubicarlos en un lugar privilegiado de la lista. Por esta razón, se excusaba que en el acuerdo no mediaba ningún documento, y además les pedía a los compradores que no lo delataran. Incluso les proponía volver a cobrar más cuotas mensuales hasta completar el valor total de la vivienda. Las partes sellaban un pacto de silencio.

 

El mecanismo es muy similiar a la operatoria de venta truchas de tierras que reveló este diario en marzo. En aquella oportunidad, el individuo les mostraba a los compradores los terrenos cerca del Rugby Club Trelew, y luego les pedía la mitad del valor total, que rondaba los 40 mil pesos.
Al igual que con las viviendas, el sujeto tenía acceso a la ubicación exacta de los terrenos con algunos datos catastrales precisos, que hoy es materia de investigación judicial. La diferencia es que en el caso de los terrenos la operatoria se cerraba con un boleto de compra venta en una escribanía local.

 

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