Abel Albino: «Si alimentamos bien a los chicos, en veinte años somos potencia»
Invitado por Cáritas, el fundador de CONIN en Argentina y especialista en desnutrición infantil, Dr. Abel Albino llegará a nuestra ciudad para dar una conferencia y recorrer algunos barrios como inicio de un trabajo conjunto de Cáritas y la Fundación CONIN, el día 21 del corriente mes.
por REDACCIÓN CHUBUT 05/06/2017 - 00.00.hs
Abel Albino es médico pediatra y doctor en medicina. Desde hace más de 20 años se dedica a la lucha contra la desnutrición infantil desde sus dos puntos de ataque: prevención y recuperación. Para vencer este terrible flagelo aplica una metodología innovadora, a través de un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza.
El Dr. Albino ha tomado como base el modelo de Chile en recuperación de la desnutrición infantil y ha creado el de prevención que se ha aplicado en Argentina, Latinoamérica y África, superando hoy los 80 centros CONIN.
El pediatra Abel Albino dice tener la receta para “quebrar la desnutrición infantil en la Argentina”. Dirige 86 centros de contención y pide ayuda para construir otros 2.000 en cinco años.
Sabin y Pelé visitaron Tucumán en 1966, con apenas días de diferencia. El descubridor de la vacuna contra la polio fue recibido por un puñado de funcionarios, dos niños en sillas de ruedas y tres estudiantes de Medicina. El astro brasileño fue ovacionado por multitudes, seguido en caravana por la avenida Mate de Luna y aplaudido a rabiar en el partido del Santos contra un combinado local. Despertaba tanta locura que dos chicos se enterraron debajo de la tribuna el día previo, respiraron por una cañita y esperaron el momento para ver al Rey.
Testigo de esa época fue Abel Albino, uno de los tres estudiantes que se inclinó para besar las manos del virólogo polaco Albert Sabin: “Le dijimos que lo queríamos mucho y le agradecimos la cantidad de vidas que había salvado. Donó sus derechos de autor a todos los países del mundo para que la vacuna fuera gratuita, una cosa monumental”.
A Albino le llamó la atención el contraste de las dos audiencias: un jugador de fútbol provocaba más atracción que un benefactor de la Humanidad. Sabin no pateó ninguna pelota en ese viaje, pero Pelé sí sorprendió: visitó un lugar emblemático de la pobreza tucumana, el Hospital del Niño Jesús. Habló con los internados, les preguntó si habían comido bien, y demostró que cada uno puede aportar desde su puesto, en la cancha y en la vida.
Cuando los niños se crían en un ambiente hostil, chato, sin colores, sin música, sin alegría, con figuras paternas o maternas desdibujadas o ausentes, no alcanzan a desplegar su potencial genético, porque ese ambiente no les permite cablear el cerebro, algo que sucede fundamentalmente en el primer año de vida
¿Qué secuelas deja el hambre? Por ejemplo, afecta el vocabulario. Una investigación de hace 45 años del doctor Mönckeberg detectó que en pobreza extrema los padres manejan 180 palabras, de las 12 mil a 15 mil que maneja cualquiera de nosotros diariamente, de los 85 mil vocablos de la lengua más usada. Y que los niñitos de esos padres utilizan sólo 40 palabras. De ahí los altos índices de deserción escolar y repitencia. Van a la escuela, pero repiten y repiten.
Pero para leer y escribir hace falta tener un cerebro sano. Por buena que sea la semilla de la educación, la pregunta es: ¿dónde la siembro? Mejor en un cerebro intacto, que es el que ha sido bien alimentado y bien estimulado. Tenemos que insistir en que esto sea una política de Estado.
Si nos acompaña el Gobierno y pone cloacas, no hay parásitos; y si tenemos agua corriente, no hay gastroenterocolitis; y si tenemos agua caliente y luz eléctrica, mejora la higiene. Y si el Gobierno nos permite hacer que cada niño reciba desde el momento de su nacimiento en adelante una caja de leche por mes, y cada mujer embarazada y nodriza cuente con cuatro cajas de leche por mes, salimos como una flecha. Si preservamos el cerebro, luego educamos, y simultáneamente se mejora la infraestructura del hogar, seremos potencia en 20 años, lo firmo y le pongo el sello.
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