Regionales

Das Neves soñaba con el afianzamiento del Chusoto como partido provincial

Ha sido el tema del día. Y seguramente, lo seguirá siendo. Es que la reunión mantenida por Gonzalo Carpintero, ex secretario privado y hombre de máxima confianza del fallecido gobernador Mario Das Neves, con importantes dirigentes del Frente para la Victoria, celebrada en Puerto Madryn, ha revolucionado el panorama político provincial.

La sorpresa ha sido mayúscula, como ha sido mayúscula sus interpretaciones. Si bien el joven dirigente se ha apresurado en aclarar que lo hizo en carácter personal, esa declaración -valga la redundancia- ha aclarado muy poco. Más bien ha sembrado más dudas que certezas. Y no ha caído bien en los círculos vinculados con el dasnevismo puro, donde estaba firmemente arraigado el convencimiento de que el Chusoto había llegado para quedarse. Que el sueño que el tres veces mandatario del Chubut se llevó con él, fue su consolidación como partido provincial. De manera que, seguramente, nunca estuvo en su agenda una reunión como la celebrada en la vecina ciudad balnearia en procura de una unión con vistas a las elecciones del próximo año con otras fuerzas políticas, que si bien tienen similares ideales, han mantenido enfrentamientos de una dureza que harían poco creíble una reconciliación por conveniencias electorales.
Por supuesto que la muerte de Das Neves ha sido un golpe muy fuerte para el Chusoto.
El vacío que ha dejado es muy difícil de cubrir. En sus filas, nadie aparece con las condiciones para ocuparlo. Por lo menos hasta ahora. Quienes pugnan por ocupar ese lugar, a lo sumo cuentan con el apoyo de las localidades que gobiernan. Pero ese apoyo no es «para tirar manteca al techo». En la mayoría de los casos, los votos que obtuvieron para ocupar esos cargos, en un elevado porcentaje, fueron en apoyo a Das Neves. Quien actúe pensando lo contrario, puede llevarse una sorpresa.
Con sus aciertos y errores, el Chusoto ha logrado ocupar un lugar de relevancia en la historia democrática del Chubut, y su trascendencia ha superado los límites territoriales, por lo que no es una utopía la pretensión de la conversión definitiva de un partido provincial como el existente en Neuquén. Y con ese objetivo, no tenemos dudas de que seguirán trabajando quienes ahora tendrán la responsabilidad de concretar el anhelo de un hombre que, cualquiera sea lo que la historia diga de su gestión, ha marcado un antes y un después en la provincia.
 

 

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