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Un balance amargo: los equipos chubutenses, entre la frustración y la urgencia
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Un balance amargo: los equipos chubutenses, entre la frustración y la urgencia

Terminó la primera rueda del Torneo Federal A en la zona sur y el panorama para los equipos de Chubut no podría ser más desalentador.

Por REDACCIÓN SUPERDEPOR

Germinal cerró el tramo inicial en el fondo de la tabla, último con 6 puntos, mientras que Guillermo Brown apenas logró evitar ese lugar, aunque con un rendimiento que preocupa tanto o más que los números.

El caso de Germinal es, en cierto modo, el más alarmante El equipo capitalino apenas ganó un partido de nueve, acumuló cinco derrotas y tres empates, y nunca logró encontrar una identidad. La salida de Cristian Corrales luego de la sexta fecha fue apenas un intento de frenar una caída que ya parecía inevitable. La llegada de Darío Giganti aún no trajo resultados visibles, y el margen de error para lo que viene es mínimo. La tabla no miente: 6 puntos sobre 27 posibles reflejan un funcionamiento colectivo muy por debajo del nivel esperado.

Brown, por su parte, ofrece un caso más complejo y quizá más doloroso. Porque a diferencia de Germinal, había mostrado señales positivas en el arranque. Con tres victorias en las primeras cinco fechas, incluyendo dos triunfos como visitante —uno ante Germinal y otro sobre Deportivo Rincón, que llegaba como líder—, pareció por momentos un equipo con intenciones de protagonismo. Pero el derrumbe fue abrupto. En los últimos cuatro partidos no ganó, sumó apenas un punto y sufrió una goleada en casa por 4-1 ante Santamarina que expuso de forma brutal sus debilidades.

Los datos son difíciles de maquillar: Brown perdió tres de los cuatro partidos que jugó en su estadio, donde se supone que debería haber construido su fortaleza. Siete de sus diez puntos los consiguió fuera de casa, lo que habla tanto de cierta capacidad para competir lejos de Puerto Madryn como de su vulnerabilidad local. Lo más preocupante, sin embargo, está en la falta de rumbo. Gabriel Nasta no logró nunca establecer una base confiable. Las lesiones, expulsiones y bajos rendimientos lo obligaron a utilizar 26 futbolistas en nueve fechas. Nunca repitió el once inicial. El único jugador con presencia perfecta es Danilo Actis, un dato que por sí solo ya sugiere inestabilidad estructural.

En ese contexto, el partido que se viene —Brown vs. Germinal en Puerto Madryn— adquiere una dimensión que va más allá de los tres puntos. No es solo un duelo entre dos equipos con urgencias, sino un punto de inflexión. Ambos necesitan ganar para empezar a construir algo distinto, con la certeza de que la segunda rueda ofrece nueve fechas que pueden torcer la historia, pero también consolidar el fracaso.

Del otro lado, la zona muestra un grupo de cinco equipos que sí lograron afirmarse. Cipolletti cerró la primera rueda como líder con 18 unidades, producto de una racha notable de seis triunfos en los últimos siete partidos. Lo siguen Villa Mitre (17), Círculo Deportivo (16), y la pareja de Olimpo y Deportivo Rincón, ambos con 15. Todos alternaron posiciones en la cima y llegaron al cierre con solidez. Más atrás, Kimberley (11) y Santamarina (10).

En este contexto, Brown y Germinal no solo están lejos en puntos, también lo están en funcionamiento, en convicción y en competitividad. Y aunque aún quedan nueve fechas por disputar, la distancia no se mide solo en unidades. La diferencia está también en la claridad de los proyectos, en la capacidad de reacción y en la credibilidad que puedan construir de aquí en adelante. Por ahora, todo eso parece ausente. El domingo se empieza a jugar, también en el caso de Brown el crédito del cuerpo técnico.

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Un balance amargo: los equipos chubutenses, entre la frustración y la urgencia

Terminó la primera rueda del Torneo Federal A en la zona sur y el panorama para los equipos de Chubut no podría ser más desalentador.

Germinal cerró el tramo inicial en el fondo de la tabla, último con 6 puntos, mientras que Guillermo Brown apenas logró evitar ese lugar, aunque con un rendimiento que preocupa tanto o más que los números.

El caso de Germinal es, en cierto modo, el más alarmante El equipo capitalino apenas ganó un partido de nueve, acumuló cinco derrotas y tres empates, y nunca logró encontrar una identidad. La salida de Cristian Corrales luego de la sexta fecha fue apenas un intento de frenar una caída que ya parecía inevitable. La llegada de Darío Giganti aún no trajo resultados visibles, y el margen de error para lo que viene es mínimo. La tabla no miente: 6 puntos sobre 27 posibles reflejan un funcionamiento colectivo muy por debajo del nivel esperado.

Brown, por su parte, ofrece un caso más complejo y quizá más doloroso. Porque a diferencia de Germinal, había mostrado señales positivas en el arranque. Con tres victorias en las primeras cinco fechas, incluyendo dos triunfos como visitante —uno ante Germinal y otro sobre Deportivo Rincón, que llegaba como líder—, pareció por momentos un equipo con intenciones de protagonismo. Pero el derrumbe fue abrupto. En los últimos cuatro partidos no ganó, sumó apenas un punto y sufrió una goleada en casa por 4-1 ante Santamarina que expuso de forma brutal sus debilidades.

Los datos son difíciles de maquillar: Brown perdió tres de los cuatro partidos que jugó en su estadio, donde se supone que debería haber construido su fortaleza. Siete de sus diez puntos los consiguió fuera de casa, lo que habla tanto de cierta capacidad para competir lejos de Puerto Madryn como de su vulnerabilidad local. Lo más preocupante, sin embargo, está en la falta de rumbo. Gabriel Nasta no logró nunca establecer una base confiable. Las lesiones, expulsiones y bajos rendimientos lo obligaron a utilizar 26 futbolistas en nueve fechas. Nunca repitió el once inicial. El único jugador con presencia perfecta es Danilo Actis, un dato que por sí solo ya sugiere inestabilidad estructural.

En ese contexto, el partido que se viene —Brown vs. Germinal en Puerto Madryn— adquiere una dimensión que va más allá de los tres puntos. No es solo un duelo entre dos equipos con urgencias, sino un punto de inflexión. Ambos necesitan ganar para empezar a construir algo distinto, con la certeza de que la segunda rueda ofrece nueve fechas que pueden torcer la historia, pero también consolidar el fracaso.

Del otro lado, la zona muestra un grupo de cinco equipos que sí lograron afirmarse. Cipolletti cerró la primera rueda como líder con 18 unidades, producto de una racha notable de seis triunfos en los últimos siete partidos. Lo siguen Villa Mitre (17), Círculo Deportivo (16), y la pareja de Olimpo y Deportivo Rincón, ambos con 15. Todos alternaron posiciones en la cima y llegaron al cierre con solidez. Más atrás, Kimberley (11) y Santamarina (10).

En este contexto, Brown y Germinal no solo están lejos en puntos, también lo están en funcionamiento, en convicción y en competitividad. Y aunque aún quedan nueve fechas por disputar, la distancia no se mide solo en unidades. La diferencia está también en la claridad de los proyectos, en la capacidad de reacción y en la credibilidad que puedan construir de aquí en adelante. Por ahora, todo eso parece ausente. El domingo se empieza a jugar, también en el caso de Brown el crédito del cuerpo técnico.

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