Regionales

El temor al pasado mantiene vivo el sueño del cambio

Esta noche le bajaremos el telón a un período de un gobierno nacional que llegó dispuesto a sepultar definitivamente un pasado muy largo, demasiado largo de frustraciones y fracasos que nos mantuvo a la vera de una ruta por la que veíamos pasar raudamente a naciones hermanas que con menos recursos naturales, se ubicaban entre las naciones más progresistas del mundo, mientras nosotros seguíamos «ladrándole a la luna».

En ese prolongado estancamiento argentino, las responsabilidades son múltiples. Son propias y ajenas. Mucho tuvieron que ver las frecuentes intervenciones de las Fuerzas Armadas que interrumpieron gobiernos constitucionales. Pero no están exentos los ciudadanos que han llevado al Poder a quiénes agitando banderas de un nacionalismo populista, siempre grato a los oídos de quiénes quieren vivir sin el mayor esfuerzo y con un estado paternalista, con una hipocresía alarmante prometían terminar con el analfabetismo y la pobreza, cuando en realidad lo que siempre hicieron fue administrar el analfabetismo y la pobreza. Algo que no puede sorprender porque, precisamente, de la existencia de esos flagelos ha dependido que hasta diciembre del 2015, ese tipo de gobierno haya sido el causante del desastre en la que está inmerso el país. Desde hace ya muchos años, el país venía dando tumbos, pero los gobiernos del matrimonio Kirchner-Fernández han sido malos. Su vinculación con los sectores de la izquierda criolla, nos llevó al aislamiento internacional. En la izquierda criolla se puso de manifiesto la actitud de quiénes participaron en los vandálicos hechos ocurridos recientemente, especialmente en la Capital Federal. La antipatria se manifestó sin tapujos. Los fanáticos de gobiernos que seguramente pasarán a la historia, como los mayores depredadores y corruptos de la República, dieron rienda suelta a sus más bajas pasiones, ante una inexplicable tolerancia de quienes tienen la obligación de mantener el orden público. 
Quisieron dar un golpe de Estado pero fracasaron. Debe saberse que en la democracia los gobiernos son elegidos por cuatro años y que quienes los ponen y los sacan son los votos de los ciudadanos, cuya única bandera es la azul y blanca. Que hirieron al gobierno de Macri, es cierto. Pero que el sueño que concrete el cambio que ha prometido y que el pueblo con singular estoicismo ha aceptado, está vigente no hay duda alguna. Por supuesto que el gobierno nacional ha cometido gruesos errores.
 Muchos de ellos atribuirles a la inexperiencia pero también, -porque no decirlo-, al haber caído en el pecado de la soberbia y en la infantil creencia que no necesitan del aporte de quienes fueron socios políticos donde hay hombres y mujeres de probada capacidad. Posiblemente ahora se los tendrá en cuenta.

 

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