Regionales

Creen que Menna puede liderar la recuperación de la UCR

En determinados círculos de un radicalismo que mantenía una posición equidistante con quienes condujeron el partido en los últimos años, precisamente a partir del 2003 cuando empezó una decadencia que no supo de interrupciones, ha vuelto el optimismo y concuerdan que cualquiera sea el resultado de las elecciones de octubre, deben desaparecer las ambiciones personales y unirse en apoyo de Gustavo Menna, a quien consideran con las condiciones necesarias para convertirse en líder de su recuperación y para que vuelva a tener en el panorama político provincial el protagonismo que hasta el año indicado tuvo. 


Aún en tiempos en los que el Chubut integraba los Territorios Nacionales, cuando solamente en las localidades con determinada cantidad de habitantes se elegían autoridades comunales, y su gobernador era designado por el Poder Ejecutivo Nacional, el radicalismo era la tribuna de la incipiente democracia patagónica abierta a todas las ideologías, e inarriable bandera en defensa de la libertad de los derechos humanos, sin discriminación de colores políticos ni de la representatividad de los afectados. Pero, además de esos méritos internacionalmente reconocidos, tiene el orgullo de que cuando sus representantes fueron llevados al poder por el voto popular, cuando volvieron al llano lo hicieron con las manos limpias. Hoy, hasta las más altas autoridades de los últimos gobiernos están procesados por graves hechos de corrupción y con serias posibilidades de ir a la cárcel, donde ya hace rato que están quienes fueron sus más íntimos colaboradores.
Como se advertirá, la Unión Cívica Radical del Chubut tiene historia. Una rica y fecunda historia en la que debe basarse su resurgimiento. Y ese resurgimiento parece asomarse en el horizonte. La democracia se sustenta en los partidos políticos que son su columna vertebral. Fueron siempre los ámbitos donde su ejercicio era insoslayable. En ellos, se formaban quienes en elecciones internas, los representarían en las generales. Y en ellas nacían los proyectos de gobierno que propondrían a los ciudadanos. Debe volverse a ese sistema porque garantiza la idoneidad de los candidatos. Las PASO deben eliminarse. Además de resultar demasiado oneroso para el Estado, no aporta nada para mejorar al sistema. Todo lo contrario. Lo desnaturaliza. Les da la oportunidad a quienes, con más audacia que talento, se presentan con el único objetivo de conseguir los votos necesarios para negociar con el ganador para ser tenidos en cuenta. Ya sea integrando sus listas o para algún cargo en la Administración Pública. Los ejemplos están a la vista.
 

 

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