Puerto Madryn

Restaurantes cerrarán durante un mes en temporada baja para reducir costos

La temporada baja de turismo es un desafío de todos los años para los locales gastronómicos de Puerto Madryn. En medio de un escenario económico que demanda astucia y resiliencia, muchos restaurantes optan por una estrategia cruda pero contundente: cerrar sus puertas durante aproximadamente un mes. El objetivo es reducir costos principalmente de los servicios y de sueldos de trabajadores temporales. 

por REDACCIÓN CHUBUT 14/04/2024 - 00.00.hs

Este cierre estacional, lejos de ser un gesto pasivo, responde a una necesidad imperiosa de ajustar costos en momentos de menor afluencia de visitantes. La medida ya es adoptada por una buena cantidad de establecimientos mientras que otros esperan hacerlo en futuras semanas, y busca mitigar el impacto financiero de la temporada baja, caracterizada por un declive importantísimo en la llegada de turistas que se extiende desde mediados de abril hasta mediados o finales de mayo.

 

Este panorama comienza a verse en algunos sectores de la ciudad, principalmente en el centro, y promete acentuarse con el correr de los días. 
La dinámica turística de Puerto Madryn presenta picos de actividad durante el verano, el fin de semana largo de Pascuas y la temporada de avistaje de ballenas, que abarca desde junio hasta pasado octubre.

 

Sin embargo, estos momentos álgidos tienen su contracara con lapsos de menor afluencia de visitantes, donde los negocios locales se ven obligados a adaptarse para subsistir. En este contexto, los empresarios gastronómicos enfrentan la encrucijada de equilibrar la calidad del servicio con la viabilidad económica de sus operaciones. De hecho, como comentaban a EL CHUBUT desde la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías, Bares y Afines en una nota publicada en la edición de ayer, muchos restaurantes van haciendo un colchón en el verano para afrontar el golpe de estos meses tranquilos. 

 

El cierre temporal de los restaurantes durante la temporada baja no solo responde a una estrategia de reducción de costos, sino que también brinda la oportunidad de darle vacaciones al personal y realizar obras de mantenimiento y refacción en los locales. También es aprovechada como una ventana para refaccionar la infraestructura y mejorar la experiencia del cliente para cuando vuelva a abrir sus puertas.

 

No obstante, detrás de esta estrategia se esconde una realidad económica compleja y desafiante. La difícil situación financiera que enfrentan los empresarios gastronómicos refleja la necesidad imperante de adaptarse a un contexto cambiante y, a menudo, impredecible. 
De hecho muchos de ellos vaticinan un panorama más negro con las futuras boletas de servicios. 

 

La incertidumbre inherente al sector turístico, marcado por fluctuaciones estacionales y variables externas, impulsa a los actores locales a diseñar estrategias flexibles y proactivas para garantizar la supervivencia de sus negocios.
 

 

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