En un partido disputado as 2.850 metros de altura sobre el nivel del mar, el "Xeneize" se puso en ventaja con una gran jugada individual de Ramón "Wanchope" Ábila, a los 11 minutos de la etapa inicial.

En el complemento, Emanuel Reynoso, con soberbio tiro libre a los 2 minutos, y un gol en contra del ecuatoriano Luis Caicedo, a los 36, ampliaron la ventaja para Boca, que salvo una catástrofe en la revancha ya está con un pie y medio en las semifinales y podría volver a enfrentar a River -si elimina a Cerro Porteño de Paraguay- como en la pasada edición.

Los albos de Liga terminaron encarando el duelo con diez jugadores tras la expulsión de Jefferson Orejuela cuando terminaba el primer tiempo por una falta grave. También recibió la tarjeta roja Kevin Minda, que estaba en el banco de suplentes por propinar insultos cuando iban 3 minutos de la segunda etapa.

"Sabemos que faltan 90 minutos y que no está nada terminado", dijo el xeneize Iván Marcone. El desquite se jugará el 28 de agosto en La Bombonera de Buenos Aires, donde Liga, con una corona de la Libertadores, deberá ganar con al menos 4 goles de diferencia para clasificar in extremis a las semifinales de la Libertadores.

Orden para dominar

El inicio del juego tuvo a los locales desbordados. Andrés Chicaiza remató solo y desvió un tiro que pudo ser la primera apenas empezó a rodar la bola, pero la ilusión de los anfitriones se fue como ese balón, hacia el cielo.

Boca copó el ancho del campo para restarle opciones de generación y salida a los locales, a la vez que le permitió recuperar el balón con prontitud para mantener la posesión.

En esa estrategia los volantes de corte Nicolás Capaldo y Marcone se fueron consagrando como figuras en el desarrollo del juego. La salida y el traslado criterioso estuvo por las franjas de parte de Eduardo Salvio y Alexis Mac Allister.

Marcone se dio tiempo para generar peligro con un tiro de media distancia. A los 11 se vistió de socio de gol al poner un pase en profundidad, que Ábila resolvió con clase al eludir al portero rival y rematar a placer para abrir el marcador.

El gol aturdió a los albos y el xeneize se asentó para manejar el trámite, defendiéndose con orden y sin apuros, sobre todo sosteniendo el esférico con mucha prolijidad y paciencia para generar peligro con las arremetidas de Wanchope Ábila, quien tenía a maltraer a los zagueros locales en cada una de sus incursiones sobre el área.

Suma de desventuras

Las adversidades se fueron acumulando para los albos: su goleador Rodrigo Aguirre se iba por lesión a cinco minutos del cierre del primer tiempo.

Cuando los minutos de compensación se consumían vino otra contingencia para la U. El volante de corte Jefferson Orejuela cometió una falta para expulsión sobre Reynoso, quien a los 20 del pleito ingresó a sustituir al lesionado Mauro Zárate.

Liga, que nunca inquietó el arco de Esteban Andrada, sacrificó la creación por la marca, se fue al camerino Andrés Chicaiza e ingresó Jordy Alcívar para ordenar el medio campo en el arranque del segundo período.

Boca no dio respiro y ni bien iniciado el complemento Reynoso puso una pincelada por sobre la barrera, en un tiro libre frontal, para ampliar las cifras a los 46 minutos.

El resto fue desesperación y muchas ganas de los ecuatorianos ante el orden y la solvencia de la tropa de Gustavo Alfaro, que se replegó solo para contragolpear en los momentos justos.

El VAR impidió el tercero, por fuera de juego, de Ábila, pero como el ariete estuvo en una jornada llena de mieles, robó un balón a Caicedo y al enfrentar al golero el rebote pegó en el defensa Caicedo para el 3-0 final a los 81 de la contienda, con lo cual el elenco bonaerense mira de cerca las semifinales.