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El club Alumni celebra 50 años, creciendo con el pulso del barrio
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El club Alumni celebra 50 años, creciendo con el pulso del barrio

El presente encuentra a la entidad madrynense en un proceso de reconstrucción y modernización, encabezado por Ayelén Montes, quien preside la primera Comisión Directiva integrada por mujeres en la historia del club.

Por REDACCIÓN SUPERDEPOR

En el corazón del barrio Roca y Comercio, donde las calles guardan ecos de los primeros potreros de Puerto Madryn, late una historia que cumple medio siglo. El Club Deportivo y Cultural Alumni celebra sus 50 años de vida, una fecha que no solo marca un aniversario, sino el recorrido de generaciones enteras que encontraron en sus instalaciones un espacio para crecer, competir y compartir.

Corría el 12 de octubre de 1975 cuando un grupo de trabajadores de Aluar decidió dar forma a una idea que venía rondando desde hacía tiempo: crear un club que reuniera deporte, amistad y comunidad. Eligieron llamarlo Alumni, en homenaje al histórico Alumni Athletic Club de Buenos Aires, símbolo del amateurismo y la pasión por el juego limpio. Con esa inspiración nació una institución que desde entonces se convirtió en parte inseparable del entramado social de la ciudad.

Los primeros años fueron de esfuerzo, de juntar ladrillos, pintar paredes y organizar rifas para poder mantener las actividades. Alumni creció a pulmón, con el aporte de socios y vecinas, con manos que levantaban paredes los fines de semana y familias que aportaban lo que podían. Así, paso a paso, se construyó un punto de encuentro donde el deporte se mezcló con la vida cotidiana de Madryn.

Por su sede, ubicada sobre Fragata Hércules, pasaron miles de chicos y chicas. Algunos llegaron buscando un espacio para jugar; otros, para aprender una disciplina. Todos se llevaron algo: una amistad, una enseñanza o una historia para contar. El tiempo convirtió esas anécdotas en parte del alma del club, que hoy sigue vivo gracias al compromiso de quienes nunca dejaron de creer en su valor comunitario.

 

 

El presente encuentra a Alumni en un proceso de reconstrucción y modernización, encabezado por Ayelén Montes, quien preside la primera Comisión Directiva integrada por mujeres en la historia del club. “Nos han subestimado bastante, pero demostramos que con trabajo y honestidad se puede salir adelante”, aseguró la presidenta. Desde su asunción, la comisión logró sanear las cuentas, regularizar la documentación y avanzar en refacciones que devuelven vida al predio.

Entre las mejoras más recientes se destacan la reparación del SUM y la obra de gas para los vestuarios, logros que parecían lejanos hace apenas un año. La nueva gestión también consiguió, con apoyo del municipio, liberar al club de deudas y multas heredadas de administraciones anteriores, lo que marca un nuevo comienzo para la institución.

Hoy, Alumni ofrece una variada propuesta deportiva con patín danza, entrenamiento funcional, vóley, fútbol y hockey, mientras trabaja para sumar nuevas disciplinas como taekwondo y básquet. 

El proyecto más ambicioso, sin embargo, es la instalación de césped sintético en la cancha de fútbol, una obra largamente anhelada por la comunidad. Con el acompañamiento de Chubut Deportes, el plan incluye también tribunas e iluminación, una señal clara de que el club mira al futuro sin olvidar su historia. 

El recuerdo también se hace presente en esta celebración. La memoria de los fundadores, como Héctor Gavilán, autor del poema “Alumni yo te saludo”, sigue viva entre las paredes del club. En esos versos, Gavilán recordaba a los pioneros, a los que trabajaron “buscando una quimera”, a los que soñaron con un espacio propio donde el deporte fuera sinónimo de unión.

Hoy, cinco décadas después, Alumni conserva esa esencia. En su bandera tricolor —blanco, rojo y negro— se sintetiza el espíritu de quienes lo fundaron: la pureza, la grandeza y la memoria de los que ya no están. Medio siglo después, el club sigue siendo lo que siempre fue: una casa abierta, una familia extendida, un pedazo de historia de Puerto Madryn que se niega a detenerse.

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El club Alumni celebra 50 años, creciendo con el pulso del barrio

El presente encuentra a la entidad madrynense en un proceso de reconstrucción y modernización, encabezado por Ayelén Montes, quien preside la primera Comisión Directiva integrada por mujeres en la historia del club.

En el corazón del barrio Roca y Comercio, donde las calles guardan ecos de los primeros potreros de Puerto Madryn, late una historia que cumple medio siglo. El Club Deportivo y Cultural Alumni celebra sus 50 años de vida, una fecha que no solo marca un aniversario, sino el recorrido de generaciones enteras que encontraron en sus instalaciones un espacio para crecer, competir y compartir.

Corría el 12 de octubre de 1975 cuando un grupo de trabajadores de Aluar decidió dar forma a una idea que venía rondando desde hacía tiempo: crear un club que reuniera deporte, amistad y comunidad. Eligieron llamarlo Alumni, en homenaje al histórico Alumni Athletic Club de Buenos Aires, símbolo del amateurismo y la pasión por el juego limpio. Con esa inspiración nació una institución que desde entonces se convirtió en parte inseparable del entramado social de la ciudad.

Los primeros años fueron de esfuerzo, de juntar ladrillos, pintar paredes y organizar rifas para poder mantener las actividades. Alumni creció a pulmón, con el aporte de socios y vecinas, con manos que levantaban paredes los fines de semana y familias que aportaban lo que podían. Así, paso a paso, se construyó un punto de encuentro donde el deporte se mezcló con la vida cotidiana de Madryn.

Por su sede, ubicada sobre Fragata Hércules, pasaron miles de chicos y chicas. Algunos llegaron buscando un espacio para jugar; otros, para aprender una disciplina. Todos se llevaron algo: una amistad, una enseñanza o una historia para contar. El tiempo convirtió esas anécdotas en parte del alma del club, que hoy sigue vivo gracias al compromiso de quienes nunca dejaron de creer en su valor comunitario.

 

 

El presente encuentra a Alumni en un proceso de reconstrucción y modernización, encabezado por Ayelén Montes, quien preside la primera Comisión Directiva integrada por mujeres en la historia del club. “Nos han subestimado bastante, pero demostramos que con trabajo y honestidad se puede salir adelante”, aseguró la presidenta. Desde su asunción, la comisión logró sanear las cuentas, regularizar la documentación y avanzar en refacciones que devuelven vida al predio.

Entre las mejoras más recientes se destacan la reparación del SUM y la obra de gas para los vestuarios, logros que parecían lejanos hace apenas un año. La nueva gestión también consiguió, con apoyo del municipio, liberar al club de deudas y multas heredadas de administraciones anteriores, lo que marca un nuevo comienzo para la institución.

Hoy, Alumni ofrece una variada propuesta deportiva con patín danza, entrenamiento funcional, vóley, fútbol y hockey, mientras trabaja para sumar nuevas disciplinas como taekwondo y básquet. 

El proyecto más ambicioso, sin embargo, es la instalación de césped sintético en la cancha de fútbol, una obra largamente anhelada por la comunidad. Con el acompañamiento de Chubut Deportes, el plan incluye también tribunas e iluminación, una señal clara de que el club mira al futuro sin olvidar su historia. 

El recuerdo también se hace presente en esta celebración. La memoria de los fundadores, como Héctor Gavilán, autor del poema “Alumni yo te saludo”, sigue viva entre las paredes del club. En esos versos, Gavilán recordaba a los pioneros, a los que trabajaron “buscando una quimera”, a los que soñaron con un espacio propio donde el deporte fuera sinónimo de unión.

Hoy, cinco décadas después, Alumni conserva esa esencia. En su bandera tricolor —blanco, rojo y negro— se sintetiza el espíritu de quienes lo fundaron: la pureza, la grandeza y la memoria de los que ya no están. Medio siglo después, el club sigue siendo lo que siempre fue: una casa abierta, una familia extendida, un pedazo de historia de Puerto Madryn que se niega a detenerse.

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