Golpeado, con la cabeza gacha y muy preocupado, el plantel de Boca que conduce Miguel Angel Russo abordó cerca del mediodía del jueves el vuelo de regreso desde Santiago del Estero donde cayó ante Atlético Tucumán, por la llave de 16avos. de final de la Copa Argentina.
Dentro de este contexto, la hoja de ruta del plantel marcaba que una vez en Buenos Aires se dirigirían a Boca Predio en Ezeiza, para después quedar liberados hasta el viernes por la mañana cuando volverán a entrenarse de cara al partido del domingo, desde las 18.30, ante Huracán en el Tomás Ducó de Parque de los Patricios por la fecha 3 del Clausura de la Liga Profesional.
Ya con otra puerta de acceso a la Copa Libertadores 2026 cerrada tras la inesperada caída ante el Decano tucumano, Boca deberá aspirar a ganar el Torneo Clausura, hoy aparece en el puesto 11 de la Zona "A" con dos puntos por los empates ante Argentinos Juniors en La Paternal y Unión en La Bombonera.
La otra alternativa para llegar a la máxima competencia continental pasa por la tabla anual donde suma 35 puntos y se ubica en la cuarta posición, es decir en zona de clasificación.
Claro que la realidad, futbolística y numérica, marca que el equipo arrastra una racha negativa de 10 partidos sin triunfos, la peor de la historia, como en 1957 y 2021, 6 de los cuales son bajo la conducción de Miguel Russo.
Mientras tanto, en medio de la crisis y al menos públicamente, tampoco parece haber demasiado lugar para la autocrítica ya que tanto el entrenador como Edinson Cavani, uno de los principales referentes, puntualizaron "cosas buenas" a la hora del análisis.