En una profunda entrevista, Ricardo Sastre, presidente actual del Club Social y Deportivo Madryn, rememoró los inicios de su vínculo con la institución, una conexión que se forjó desde la infancia y se perpetuó a través de las generaciones de su familia. De Abel a sus hijos, una vida marcada a fuego por los colores Aurinegros.

«Desde que tenemos memoria, el club ha sido parte de nuestras vidas», rememoró Ricardo, evocando los primeros pasos de su infancia en los terrenos del Viejo Palacio Aurinegro y la cancha de fútbol de tierra contigua. Junto a su hermano mellizo, vivieron experiencias marcadas por la pasión por los colores del club y la camaradería entre los socios.

«Éramos muy inquietos, y mi papá nos llevaba desde chicos ahí, de hecho con Gustavo jugamos al fútbol y al básquet. La excusa era tener la camiseta del club puesta, podíamos ser más o menos talentosos que el resto, pero ya con estar vestidos con esa indumentaria, éramos muy felices. Y lo seguimos siendo», agregó.

EL RECUERDO IMBORRABLE DE ABEL

La presidencia de su padre, Abel Sastre, durante la época dorada del básquet, dejó una huella imborrable en la vida de ambos.

«Fue grandioso vivir eso», afirmó recordando los viajes y las emociones compartidas junto a los equipos del club. Me acuerdo que viajábamos a todos lados con los equipos del club. Mi papá viajaba, era presidente, pero cumplía muchas funciones. Tuvimos una época en la que no eran demasiado compatibles la labor de mi papá en el club, y nuestra empresa familiar. El dinero se volcaba prácticamente a las arcas del club, porque la pasión de mi viejo hacía que pasen esas cosas. Nunca se arrepintió de hacerlo, Madryn y su familia siempre fueron una prioridad para él. Hoy se lo agradecemos eternamente», compartió con emoción.

Con el correr de los años, la historia de los Sastre en el Deportivo Madryn fue tomando un tono especial al ver la sucesión de presidentes en la familia. Primero fue la presidencia de Ricardo, del año 2004 al 2008, cuando asumió Gustavo el mandato hasta el año 2022 que su hermano volvió a tomar las riendas del club.

“Contamos con un equipo de trabajo que dedica muchísimas horas al club, que lo mantienen como prioridad incluso quitándole tiempo a la familia o a cuestiones cotidianas. Creo que ahí repara lo más importante, en la dedicación que le ponemos a todo lo que hacemos. No tenemos duda que seguiremos creciendo. Siempre recuerdo una de las últimas entrevistas que le hicieron a papá. Le preguntaron que era lo que deseaba para esta institución: “lo único que le pido a mis hijos, es que este club sea todos los días un poco más grande”, dijo. Y no le vamos a fallar jamás”, recordó Ricardo.

Pero también mira a futuro y ve a la próxima generación: “Tenemos la suerte de que nuestras familias acompañan en forma continua lo que hacemos en la institución. En el caso mío, mis tres hijos juegan en el club. Bruno y Genaro han logrado títulos defendiendo la camiseta en el básquet, y Renzo no se conformó con ser campeón en básquet, sino que además también se dio el gusto de ser campeón con la primera división de fútbol. Ellos sienten al club de una manera muy especial, incluso más que nosotros. El poder trasladar esta pasión de generación en generación fue uno de los sueños de mi papá, y la verdad es que no costó lograrlo. Sin forzar las cosas, nuestros hijos aman al club por sobre todo, y lo mismo sucederá seguramente con nuestros nietos el día de mañana”.

GESTIONES PARA CRECER

«Siempre fuimos creciendo en el tiempo», afirmó Sastre, destacando el impulso constante por alcanzar nuevos objetivos y concretar proyectos ambiciosos; la política nuestra fue la de ir siempre por más. Recuerdo que lo utilizamos como eslogan en mi primera presidencia, y quedó demostrado con hechos concretos”

En este centenario el Club va a inaugurar el Hotel Boutique y hacer oficial la inauguración de las luces del estadio, que se estrenaron unos minutos en el último partido como local. “La ciudad crece a pasos agigantados, y nosotros pretendemos que el club vaya por el mismo camino. Ahora que estamos en la segunda división del fútbol, es imposible no soñar algún día con jugar en primera, al margen de muchísimas obras que seguimos impulsando, como cerrar por completo el estadio con todas las tribunas. Hay muchísimo por hacer, aunque no lo parezca.

La identidad del club, enraizada en el amor y la devoción de las familias de Madryn, ha sido transmitida de padres a hijos, consolidando un sentido de pertenencia único entre los hinchas aurinegros. «El hincha aurinegro tiene un sentido de pertenencia muy grande», enfatizó Sastre, resaltando la pasión y el compromiso de la comunidad con la institución que los representa.

En un cálido cierre, Ricardo Sastre reafirmó su compromiso con el legado familiar y la visión de crecimiento del Club Deportivo Madryn. «Seguiremos recorriendo este camino entre todos», aseguró, reconociendo el invaluable aporte de cada integrante del club y reafirmando el compromiso de honrar el deseo de su padre de ver al club crecer cada día más. «No le vamos a fallar jamás», concluyó, renovando la promesa de mantener viva la llama de la pasión aurinegra por las futuras generaciones.