EN LA SEMANA DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA, HABLA EL VICE DEL CENPAT

“En investigación cambiar de tema puede ser bueno”

La reflexión de un científico acerca del camino recorrido, las frustraciones, y las maneras de enriquecer la propia formación profesional. Rolando González-José es vicedirector del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) y se dedica al estudio de la genética de los caracteres craneofaciales y al poblamiento temprano del continente americano.

por REDACCIÓN CHUBUT 21/06/2012 - 00.00.hs

A la hora de hablar sobre su tema de investigación, indicó que “me dedico a la bioantropología y, específicamente, estudio la variación y evolución craneofacial en homínidos, incluida nuestra especie, el humano actual. En este momento, trabajo en poblaciones mestizas de grandes ciudades de Latinoamérica” y agregó en qué consiste la actividad diciendo que “se realiza en el marco de un consorcio internacional integrado por instituciones de América Latina y la Universidad de Londres (University College of London). Trabajamos con la población de ciudades de Perú, Chile, Brasil, México y Colombia, y buscamos la base genética de los rasgos fenotípicos del rostro y el cráneo. Conocer las variaciones genéticas puede tener aplicaciones en la biomedicina, para estudiar malformaciones, por ejemplo”.
Luego habló del por qué decidió dedicarse a dicha actividad, admitiendo que “al estar en Puerto Madryn, lo clásico para los biólogos es hacer biología marina, y no tiene por qué ser siempre así. Por eso, y porque me apasionó desde el comienzo la interfase entre la evolución biológica y la evolución cultural, me interesé en la biología humana” y habló sobre sus experiencias en el extranjero, señalando que “sirven mucho, pero depende; se puede ir y volver de muchas maneras. Quiero decir, se puede ir a otro lado a contribuir con preguntas y temas científicos estratégicos para nuestro país, o se puede hacer lo contrario. En este momento estamos en una transición, investigando cada vez más en función de lo que interesa a nivel regional, y asociándonos con otras naciones según lo que nos conviene. Pero es bueno ver cómo se trabaja en lugares más y menos desarrollados, cómo se enfocan los problemas. Si, encima, eso se hace en temas de importancia para el país, es doblemente bueno. También es beneficioso traer gente de afuera, como hacen los sistemas científicos sólidos”.

La ciencia argentina
González José hizo alusión a la ciencia argentina, desde que él comenzó en el terreno, indicando que “hubo un cambio revolucionario a partir de 2003, cuando los científicos comenzaron a ser interpelados desde el poder político. Antes, las instituciones científicas eran lugares aislados a los que no alcanzaban de manera clara ni la política ni la planificación. Eso ha sido un error; al laboratorio tiene que llegar de algún modo la influencia de las políticas de Estado” y sobre el futuro dijo que “lo vamos a ver en las próximas generaciones, ya que a este cambio lo ven muchos científicos jóvenes. Los becarios e investigadores que recién se están formando van a ser los que pongan la cereza del postre en este cambio de paradigma”.
Hizo referencia además a las características personales que él cree necesarias para hacer esta tarea de investigación, diciendo que “hasta hace un tiempo mi respuesta hubiera sido: imaginación y curiosidad. Estar en la gestión del CENPAT desde 2008 me hace agregar, también: tolerancia, paciencia, cualidades de trabajo en equipo y capacidad de comunicación. Y subrayo que cada vez me parecen más importantes estas últimas que las primeras”.

Investigación científica
Este tipo de tareas, implica elaborar hipótesis y trabajar para comprobarlas o refutarlas. Allí, el Vice del CENPAT fue consultado sobre cómo se atraviesan los momentos en que las cosas no salen según lo planeado, y admitió que “hay una lógica de alegría-frustración, que quizá se vive más en el laboratorio. En la biología comparativa, que es lo que yo hago, la dinámica diaria no es tan así, pero sí hay resultados no esperados. La manera de no frustrarse es estar empapado del estado de arte de la propia disciplina, para tener más herramientas a la hora de interpretar el resultado encontrado. Es un desafío difícil porque se publica más de lo que humanamente puede leerse” indicando por último cómo atraviesan esos momentos en que la investigación parece haberse estancado, diciendo que “ante todo, es bueno que eso suceda, porque abre la cabeza. A veces, las evaluaciones penalizan a quienes cambian mucho de tema, pero cambiar de tema puede ser bueno. Es un golpe de timón virtuoso si uno sabe donde está parado, y esto nos lleva otra vez a las experiencias en el exterior, una buena forma de ver lo que se publica, y saber cómo nos leen desde afuera”.







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