Para poder comunicar algo sobre la generosidad es necesario contar con aquellos sujetos que obran con ánimo dadivoso, franco, que obran con magnanimidad y nobleza, según la definición de la Real Academia. Seguramente podemos contar en nuestra comunidad con una cantidad de aquellos, en diversos actos de la vida comunitaria.
En octubre del año pasado, en una serie de notas tituladas “BORROSO FUTURO DE LOS REACTORES NUCLEARES PEQUEÑOS”, pusimos en duda la aseveración de que los pequeños reactores nucleares modulares (SMR) serían el futuro de la industria nuclear.
En nota anterior vimos que la firma Holtec Intenational propuso la instalación de un almacén privado centralizado para albergar residuos nucleares en Nuevo México, Estados Unidos. El depósito tendría carácter de temporal por 40 años, pero esto despierta suspicacias. ¿Quién puede asegurar que vencido el término, el almacén desaparezca y los residuos sean retirados del estado? Ahora no hay dónde llevarlos y…¿después?
No hay alquimia para los desechos nucleares, una vez producidos nos acompañarán toda la vida, no se pueden eliminar, a lo sumo aislarlos, por eso en el mundo hay más de 20 depósitos nucleares subterráneos nuevos en estudio y desarrollo y en la mayoría de ellos aparece la resistencia tanto social como de las autoridades locales.
En el mundo hay más de 20 depósitos nucleares subterráneos nuevos en estudio y desarrollo y en la mayoría de ellos aparece la resistencia, tanto social como de las autoridades locales.
Los desechos nucleares enterrados en las profundidades del subsuelo significan un legado radiactivo que seguirá siendo letal durante miles de años. Los países nucleares tienen que ocuparse de encontrar la forma de aislar sus desechos para que no afecten el ambiente.
A lo largo de unas cinco décadas, los seres humanos venimos enterrando desechos nucleares en las profundidades del subsuelo, dejando una herencia radiactiva que puede seguir siendo letal durante miles de años. En todo el mundo hay más de 20 depósitos nucleares nuevos de este tipo, en estudio y desarrollo y en la gran mayoría de ellos falta la aquiescencia social.
A lo largo de unas cinco décadas, la humanidad está enterrando desechos nucleares en las profundidades del subsuelo, un legado radiactivo que puede seguir siendo letal durante miles de años. En todo el mundo hay más de 20 depósitos nucleares nuevos, en estudio y desarrollo.
La construcción de los dos reactores de la central Diablo Canyon en California Estados Unidos se inició en 1968 en medio de fuertes protestas que dieron forma a un fuerte movimiento antinuclear en el estado. Mientras las obras avanzaban a buen ritmo, se confirmó el hallazgo de la falla geológica Hosgri, situada frente a la costa, a poco más de cinco kilómetros de la planta y capaz de producir sismos de una magnitud 7.5.
Entre los años 1952 y 1953 en base a la información obtenida de rocas de una colección privada, expertos determinaron radioactividad en muestras de areniscas asfaltíferas procedentes del valle superior del Río Chico. Se detectaron anomalías radioactivas, la mayoría localizadas en la Formación Río Chico (Riochiquense) y la Formación Cerro Barcino (Grupo Chubut), recomendando desarrollar una amplia prospección sobre sectores arenosos de ambas formaciones.
Últimas noticias
¿Querés recibir notificaciones de alertas?