Mujeres

La columna de Susana

CONMOCIÓN.

por REDACCIÓN CHUBUT 31/01/2024 - 12.02.hs

Tenía 15 años cuando sucedió.

 

Era un domingo luminoso y feliz. Vivíamos en el limbo de una adolescencia alborotada por las hormonas cuando me enteré, así de golpe como una cachetada ruidosa que me despertó para siempre. Se había muerto Osvaldo, un tío de mis primas. Era un hombre grande, no mayor, no anciano. Tendría la edad de mi padre en ese momento.

 

Sentí, de pronto, una sensación de estupor. ¡La gente se moría! Hasta allí no había reparado en ello. La vida no me enfrentaba todavía con esa crudeza.

 

No lo podía creer, no lo quería aceptar. Mi mente buscaba atajos para solucionar algo...

 

Ya no podía mantener la inocencia alconchonadita que me había cobijado 15 años.

 

Ahora todo se veía a través de un vidrio borroso. Todo lo revisé, como Descartes y su duda metódica: mi vida y la de los otros, los planes y los proyectos, y el futuro...

 

Ya nada sería igual. La conciencia de muerte se instaló plácida y apoltronada en mi mente y empecé a preguntarme por qué y para qué... siempre.

 

Susana Arcilla.

 

28 de diciembre 2023.

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?