Gendarmes de Chubut participaron de una expedición que hizo cumbre en el Aconcagua

Integrantes de la Gendarmería en Chubut participaron de una expedición al Cerro Aconcagua, que tuvo su punto máximo el pasado miércoles, cuando los cadetes de tercer año Fernando Villaverde y Héctor Farfan de la Escuela de Gendarmería Nacional, guiados por el sargento primero Hugo Moreno, el cabo primero Jorge Fernández y el cabo Ariel Palma, pertenecientes al grupo especialista de alta montaña, lograron ascender y coronar cumbre, enarbolando la Bandera Nacional y estandartes de la Escuela, y en conmemoración del 80º aniversario de la fuerza; dejando allí una placa de la promoción ’74 de oficiales como testimonio de la cumbre alcanzada y del sacrificio, perseverancia, abnegación, voluntad de vencer, espíritu de cuerpo, enunciados en el decálogo del gendarme.

Los cadetes hicieron su preparación psicofísica durante 6 meses, con distintos ascensos de creciente altura. La expedición partió el 3 de enero, a cargo del comandante David Flores e integrada por el jefe de Educación Física, comandante principal Fabián Sepúlveda, el primer alférez Maximiliano Markiewicz, la alférez Valeria Villafuerte y los cadetes de tercer año Matías Villalba, Romina Cavieres, Roxana Martínez, Alexander Holland, Tamara Miño, Matías Caamaño, Rubén Sardina, Héctor Farfán, Fernando Villaverde y Roxana Cruz, quienes partieron desde el asiento de la Escuela de Gendarmería Nacional, hacia la provincia de Mendoza.

Fueron asistidos por personal del grupo especialista de alta montaña, médico de la unidad y apoyo del helicóptero y su tripulación; realizando actividades de aclimatación y ascenso a distintos cerros, destacándose el Cerro Penitentes a 4.700 metros sobre el nivel del mar.
El 16 de enero, la expedición ingresó al parque provincial Aconcagua, asentándose en «plaza de mulas» (4.00 msnm), continuando con los trabajos de aclimatación, ascendiendo a la cumbre Cerro Bonete (5000 msnm). 

Debido a las condiciones climáticas, adversas de nevadas y fuertes vientos no previstos para la época, el jefe de la expedición decidió reducir a la mitad al personal para proveer de mejor equipo técnico a los cadetes designados, y de esta manera poder soportar temperaturas inferiores a menos de 25 grados centígrados. Finalmente, el 24 de enero a la hora 13:30, se logró hacer cumbre y repetir aquella hazaña de 1974.

Cabe resaltar a la vez, el accionar de los suboficiales subalternos Jorge Fernández y Ariel Palma, quienes luego de haber coronado cumbre, en su descenso divisaron a un ciudadano de nacionalidad coreana, quien presentaba síntomas de edema agudo, trasladándolo a un campamento de menor altura para recibir auxilio médico; demostrando con su proceder abnegación y espíritu de servicio.