Internacionales

Los barbijos pueden evitar una segunda ola de la pandemia

Según modelos matemáticos, su uso masivo combinado con restricciones puntuales evitaría el rebrote del coronavirus.

por REDACCIÓN CHUBUT 15/06/2020 - 19.17.hs

Una simulación con 60 millones de personas muestra que si todas llevaran barbijo la mayor parte del tiempo no se producirían segundas o terceras oleadas de la pandemia de coronavirus.

 

Incluso con porcentajes mucho menores, la propagación del COVID-19 bajaría de su índice de reproducción (número básico de reproducción o R0) sin necesidad de las medidas más extremas de aislamiento.

 

Según los autores de este estudio, a falta de herramientas más tecnológicas y avanzadas, cubrirse la cara de forma masiva daría el tiempo necesario para encontrar la vacuna. Sin embargo, aún hay científicos escépticos.

 

El sentido común dice que llevar tapaboca protege de cualquier partícula o patógeno aerotransportados. Pero la ciencia no lo tenía tan claro. Hasta la emergencia de la actual pandemia, fueron pocos los estudios sobre la eficacia de cubrirse boca y nariz para frenar la propagación de virus.

 

La mayoría de los más recientes están relacionados con la gripe o el brote de SARS de 2003. Quizá por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchos gobiernos tardaron tanto en recomendar u obligar a usarlas.

 

Ahora, un par de modelos matemáticos elaborados por investigadores británicos muestran que algo tan poco sofisticado como varias capas de tejido de algodón puede ser la primera línea de defensa contra el coronavirus.

 

Su trabajo, que usa a la población del Reino Unido para su simulación, se alimenta de datos reales de infectados y un ritmo de contagio previo a los barbijos similar al máximo alcanzado por una decena de países europeos.

 

Con estos y otros parámetros epidemiológicos, intentan responder a la siguiente pregunta: ¿qué grado de adopción de los tapabocas haría falta para rebajar el R0 a menos de uno? Bajar de esa cifra implica la desaparición de la epidemia en un mayor o menor lapso.

 

“Nuestros análisis respaldan la adopción inmediata y universal de los tapabocas”, dice el principal autor del estudio, Richard Stutt. “Si combinamos el uso masivo de los barbijos con la distancia física y cierto grado de aislamiento, se podría gestionar la pandemia al tiempo que se recupera la economía mucho antes de que haya una vacuna efectiva”, añade.

 

Los resultados del estudio, publicados en la revista científica Proceedings of the Royal Society A, señalan que si al menos la mitad de la población llevara barbijo en público, el ritmo de contagio bajaría de ese R0 = 1. Con porcentajes cada vez mayores de gente cubriéndose la cara, el modelo indica que ese R0 se acercaría cada vez más al cero.

 

“Realizar estudios científicos para medir directamente la efectividad de los tapabocas es muy complicado”, admite Stutt. “Podemos ver la reducción del material exhalado por un infectado con o sin máscara, pero lo más difícil es calcular el efecto que esto tiene sobre los susceptibles de contagio”, detalla. Para saberlo con exactitud, habría que exponer a voluntarios al patógeno de forma deliberada, algo que plantea varios dilemas éticos. fuente tn

 

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