Regionales

Achicar el Estado

Ante la crisis actual de nuestro país y dentro de él, de las provincias, es necesario poner la mente en movimiento y de una vez por todas dar solución sobre aquellas cosas que nos perjudican. La situación económica de Argentina requiere se emprendan medidas que den solución a tal situación de pobreza. Los últimos gobiernos no han sabido dar orden al déficit que nos acongoja y pareciera que cada vez nos hundimos más.

Haber administrado mal los recursos ha sido una de las metas para sentirnos tan mal, y en este aspecto quizás el gasto público es el peor de los males. Tener una administración que supera con creces las reales necesidades del Estado es lamentable. Haber aumentado la cantidad de ministerios e ingresado al empleo público un gran número de personas, ha sido el peor mal que se ha realizado a nuestra economía. Tanto el Estado Nacional como el provincial, pueden funcionar perfectamente con muchos menos ministerios y personal, pero en un sueño demagógico y proselitista, no se ha tenido en cuenta el perjuicio que se hace al desarrollo ordenado del Estado y por ende de la población.
 Un estudio aparte merecen los cuerpos colegiados con gastos enormes en las legislaturas y los concejos deliberantes con sueldos y gastos adicionales que no se condicen con los resultados. En una época en algunos casos los  concejales trabajaban ad-honorem. Hoy vemos, en el orden nacional, que de un solo plumazo ingresan por ejemplo a Pami un número enorme de personal, sin necesidad alguna, como tampoco se justifica la gran cantidad de numerarios que tiene Aerolíneas Argentinas, ni los numerosos ministerios que tienen en la Nación y algunas provincias a las que se suma Chubut. Días pasados veíamos en una reunión de Comisión a las espaldas de los titulares un gran número de asesores. ¿Hacen falta?
  Los gastos en funcionamiento también deben ser estudiados en cuanto a viajes innecesarios y vuelos con grandes comitivas o para atender una o dos personas que pueden utilizar los transportes comerciales.
  Es de recordar, sin ir muy lejos, lo que ocurrió en nuestra provincia con la economía realizada en otros tiempos donde se construyeron el triángulo vial asfaltado, la presa de Futaleufú, las mejoras en puertos, la construcción de barrios de viviendas en las principales ciudades y muchas cosas más.
 Mientras no cambie la mente de los gobernantes y de todos aquellos que quieren ver una Nación pujante y desprovistos de todo interés político, pero comprometidos en llevar adelante a nuestra Patria, va a ser difícil salir de este atolladero y dar respuesta cierta a la ciudadanía, que tanto espera de la clase dirigente. Entonces el uruguayo podrá hacer otro comentario de nuestra realidad.
 

 

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