Por Jorge Manuel Presas

Soberanía vendida

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Resuenan las palabras a través del tiempo del general Juan Domingo Perón, cuando hablaba de los vendepatrias. A tal efecto sería interesante saber qué tipo de comisión fue la lograda por los que estuvieron en la negociación que terminó en la cesión de territorio de la provincia de Neuquén a la República popular de China, territorio en el que tiene total soberanía y autoridad.
También se hace necesario investigar el porqué a los mapuches que son un pueblo de origen chileno como ha sido tantas veces demostrado a través del mapuche de origen británico Jones Huala se establecieron tratos por los cuales se otorgaron derechos suculentos sobre la explotación petrolera en Vaca Muerta y se les cedieron tierras con carácter de extraterritorial.
El signo monetario como manifestación de la soberanía está totalmente diluido y cada vez vale menos, originándose así más pobreza e indigencia, y esta gente entra a depender de quienes reparten el falso dinero. Lógicamente, donde no hay justicia, la pérdida de unos es la ganancia de otros. En este caso dirigentes gremiales y políticos.
Derechos del ciudadano devaluados. El general Perón, consciente de la inconstitucionalidad del sistema electoral que lo llevó al poder, en su reforma de la Constitución del año 1949 imponía el sistema electoral por circunscripción y, si bien es cierto adecuaba las circunscripciones a su conveniencia política, por lo menos se volvía a la realidad de que el ciudadano tiene el derecho de elegir y ser elegido.
La devaluada democracia que nos rige ha dado origen a una superestructura muy semejante a la que rige en los países totalitarios y por medio de la cual el sistema político mantiene alejado de las decisiones fundamentales al pueblo y por lo tanto este no está representando.
El Estado argentino está devaluado, tiene menos poder que los sindicatos. Lo notable de esta situación es que en ninguno de los tres poderes del Estado se observan atisbos en quienes lo manejan de revertir esta anomalía. Las mayorías en diputados, senadores y miembros del poder judicial evidentemente están en un todo de acuerdo con la situación vigente y las voces que se oponen no tienen el poder que dan los votos.
El General Perón dijo “estos muchachos no tienen que manejar dinero porque eso los corrompe” y se estaba refiriendo a los dirigentes gremiales. Nada más cierto que esta premonición y este conocimiento humano que tenía ese gran dirigente político conocedor profundo de la naturaleza humana, cosa que aprovechó muy bien para armar el Movimiento Justicialista. En efecto, hay una relación directa entre las enormes fortunas acumuladas por algunos dirigentes gremiales y el manejo de las obras sociales que no sean mantenidas con el aporte solidario de los afiliados al sindicato, sino que las mantiene el país en su conjunto.
El concepto de persona está devaluado. Se ha convertido ese concepto en un número para las estadísticas y desde aquel extraordinario y soberano lugar en que la Constitución de 1853, ubicaba a todos los habitantes de la República Argentina con derechos inalienables frente a las autoridades hemos llegado a través de leyes progresistas a la situación en que hoy nos encontramos.
Doña Rosa y Juan Pueblo tuvieron la idea de enfrentar los hechos con algunas definiciones del general Perón para que el lector opine a su manera. Son optimistas por naturaleza, confían en que los anhelos por una Patria digna de ser vivida se desparramen con la ayuda de Dios en la voluntad de nuestros dirigentes y sea realidad vivir en justicia que es lo único que asegura la paz.

 

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