Quisieron asesinar a tiros a ruralista en Ruta 3 y una bala rozó el cuello de su acompañante

Según el conductor del rodado, hacia quien habrían sido dirigidos los tiros, que fueron entre siete y diez, y disparados desde una pistola 9 milímetros: le «tiraron a matar». Así lo aseguró Miguel Angel Liñeiro en la nota que le realizó EL CHUBUT ayer después del mediodía. 
Liñeiro tiene campo en el «Loteo Don Genaro» en la zona de Río Chico, cerca del Dique, y venía desde ese lugar la noche de este domingo cuando fue atacado a balazos en la ruta. Aseguró que su vehículo recibió entre 7 y 10 tiros disparados desde «una Toyota de color blanco», tripulada, aparentemente, por varias personas. 
Después, tuvo que peregrinar por distintas comisarías de Trelew porque no le querían recibir la denuncia, por el tema de la jurisdicción. Fue así que terminó haciéndola este lunes en la comisaría de Gaiman. 
Todos los disparos fueron efectuados hacia la parte alta del vehículo y por eso Liñeiro -que le confesó a este diario que se va a armar- cree que la intención del tirador era asesinarlo, pero dice que no sabe por qué. 
«Cuando venía pasando por la entrada a 28 de Julio, llegando al paraje Ameghino; ahí apareció la camioneta. Se me puso primero atrás, después me deja avanzar un kilómetro y medio o dos, y de repente se me aproxima muy rápidamente, se me puso al costado y ahí empezó a los tiros», relató, aún asombrado de lo sucedido. 
-¿Pudo ver si el vehículo era tripulado por una o varias personas? Se le preguntó. «Si es la misma Toyota que crucé sobre la (ruta) 31 cuando salí del campo, andaban varias personas», afirmó. Luego confirmó que a su acompañante una bala le había rozado el cuello y que estaba bien, que no había necesitado asistencia médica. Se le consultó entonces qué presumía. Cuáles eran sus sospechas. «Me decían de la camioneta, pero es algo que uso para el trabajo y que no tiene ningún valor. No es una gran camioneta, es una Ford Duty nomás. Yo la tengo destruida, la uso para trabajar», insistió.  
«Y, problemas no tengo con nadie, porque si los tuviera acá en la ciudad me hubieran atacado», añadió. «Junto cartón y chatarra, y ando todo el día en la calle», acotó. 
Liñeiro dice que era ganadero, pero como le robaron todos los animales que tenía su campo quedó casi desierto. El va cada una semana o quince días y según aseguró nunca le pasó nada hasta este domingo. Con respecto a su acompañante, al que le rozó una bala el cuello, dijo que se encontraba bien pero muy asustado. Para colmo es repartidor en Trelew y tiene que salir a la calle todos los días.  
En el análisis frio que hizo el ruralista confesó que si no lo mataron las balas pudo haber muerto en un accidente vial, ya que de casualidad no volcaron cuando salieron de la ruta y terminaron contra un terraplén o no acabaron debajo del camión que circulaba delante de ellos, cuyo conductor al escuchar las detonaciones redujo repentinamente la velocidad y salió a la banquina para detener la marcha.