La provincia, expectante
Ahora... ¿Qué sería mejor para Chubut? ¿Massa presidente o Milei presidente? Son 474.242 los ciudadanos habilitados para votar en esta provincia, en la que los resultados fueron variando a lo largo del año, aunque nunca ganó el peronismo.
por REDACCIÓN CHUBUT 19/11/2023 - 00.21.hs
Apenas si aqui en Chubut el PJ salvó la ropa en las presidenciales. Chubut es uno de los territorios en el que el libertario Milei ganó en las PASO y en las generales.
Entretanto, el mismo frente político que consagró a Ignacio «Nacho» Torres como gobernador electo -Juntos por el Cambio- llegó tercero lejos en las generales del 22 de octubre, detrás de Javier Milei (ganador) y Sergio Massa. El mapa político que quedó en el país, es el que reemplazó a la principal oposición.
Ya sin JxC siquiera compitiendo por la presidencia, Ignacio Torres deberá profundizar las construcciones políticas en las que está trabajando, que pueden ordenarse en tres planos: Uno es local: alianzas dentro de los límites provinciales con sectores de la UCR, el PRO, agrupaciones provinciales, parte del peronismo, ONG, sindicatos, entidades de la sociedad civil, intendentes variopintos. Otro conglomerado es regional, en tandem con los gobernadores de Tierra del Fuego y Santa Cruz (filo peronistas opositores al kirchnerismo), Neuquén (ex MPN), y Río Negro (partido provincial cercano al gobierno nacional, pero no tanto).
Finalmente, la alianza con los otros nueve gobernadores de Juntos por el Cambio le asegura a Torres cobertura y protección federal, y una agenda «provincial» de temas a discutir, entre ellos los avances del gobierno nacional sobre recursos que son de las provincias, como los impuestos coparticipables. Lo que le va a sumar o restar a Torres, es su «muñeca» y capacidad de relación personal con quien gane las elecciones hoy, sea Massa o Milei. Ambos caminos ya estarían asfaltados.
Otro dilema que se discutió ampliamente en estas elecciones es «gobernabilidad» versus «salto al vacío». No sería totalmente cierto que Sergio Massa represente lo primero, ni Milei su contracara. Es verdad que pertenecer al «sistema» y haber trajinado la política y la «rosca» durante treinta años, le da a Massa mayor capacidad de maniobra política. Pero ni siquiera la habilidad del tigrense lo va a salvar si la economía se le prende fuego. Del otro lado, si el ganador es Milei, la garantía de gobernabilidad serán el ex presidente Mauricio Macri, Patricia Bullrich, algunos radicales, y muy especialmente, los diez gobernadores de JxC, colectivo del que Nacho Torres forma parte con membresía de socio fundador.
El último punto a resolver es el «miedo al martes» (mañana lunes es feriado nacional). ¿Qué podría pasar, tanto peor de lo que hemos vivido este año? Inflación descontrolada, pobreza, los casos de corrupción que no le mueven la aguja a ningún votante, inseguridad, saltos del dólar que se pasaron a precios, devaluación de la moneda, pérdida de la capacidad de compra, y un estándar de mala vida en el que nos hemos acostumbrado a que falten cosas: repuestería, remedios, alimentos, hierro, cemento. Lo mismo da. Sin embargo, hay que tomar nota de algunos datos duros: Los bancos están bien fondeados. Los títulos argentinos están sólidos.
Y hay una especie de consenso entre varios economistas: Si gana Sergio Massa, la confianza «de mediano plazo» (los títulos, las acciones de las empresas argentinas) va a sufrir por miedo a políticas más estatistas, o a que fracase una renegociación con el FMI. Si gana Milei, lo que va a saltar será el dólar a cortísimo plazo, toda vez que el libertario viene prometiendo la dolarización y el cierre del Banco Central. Nadie querrá pesos si esta noche el discurso de triunfo es de los libertarios.
Es lo que hay. Es lo que hemos elegido los argentinos en este largo año electoral hasta aquí. Sólo resta pedir que las elecciones de hoy sean limpias, que haya razonabilidad, que el derrotado reconozca pronto el resultado, y que gobernadores, partidos políticos, el Congreso, se pongan a disposición del presidente electo. Para los demás, el martes no debería haber cambios dramáticos. La explicación es simple: una inmensa mayoría de argentinos deberemos salir a trabajar, exactamente igual que todos los días. No importa quién resulte presidente.
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