Puerto Madryn

Por las noches la soledad desespera

Por Vanina Botta

por REDACCIÓN CHUBUT 23/07/2023 - 00.00.hs

Recuerdo con claridad la primera vez que un paciente me dijo q se quería suicidar. Lo escuché y mirándolo a los ojos y me di cuenta que era muy enserio, que tenía todos los factores de riesgo para hacerlo.

 

Que estaba solo, desesperado, en el límite. Que las noches eran insoportables, es que hay algo de muerte en las noches sin sueños de los insomnes que sienten en su carne la  soledad. Me temblaban las piernas. Él no se suicidó, tantas otras personas sí. Fenómeno complejo, misterioso como lo es el suicidio; atravesado por numerosos mitos y tabúes.  

 

Cada año, cerca de 800 mil personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo (el número de tentativas o intentos es 20 veces mayor). Este es un número muy grande. Todos los casos son una tragedia que afecta a familias (generando un montón de culpa), comunidades y países y tienen efectos duraderos para los allegados de la víctima.

 

Las muertes por propia voluntad representan la segunda causa de fallecimientos entre los jóvenes (sobre todo varones) de entre 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. No afecta solamente a un sector socioeconómico ni queda reducido al espacio privado, sino todo lo contrario, transciende a toda la sociedad. 

 

De hecho, a lo largo de la historia, ninguna sociedad ha permanecido indiferente respecto a este tema, ya que la pregunta por el suicidio nos lleva a la cuestión fundamental de todo ser humano: al valor de la vida y al sentido de ésta.
Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica, intoxicaciones por sustancias y otras situaciones extremas (perder todo en un instante).

 

Se insiste con la complejidad y las múltiples causas del suicidio; tales como: ser varón joven, los trastornos depresivos, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno psicoafectivo, los trastornos personalidad, de la conducta alimentaria, y el alcoholismo y la drogadicción.

 

Así como también historia de suicidio en familiares, violencia sufrida, abusos físicos y sexuales, intentos de suicidios previos, bullying, ciberacoso, agresión y autolesiones como modalidad habitual, red familiar y social insuficiente y escasa, situaciones psicosociales complejas y eventos o situaciones estresantes que desencadenan rápidamente la ideación o el acto suicida. 

 

El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar estos factores de riesgo mencionados. Así como también conocer las estadísticas, los métodos letales utilizados en nuestra región, evaluar la planificación del acto y el grado de impulsividad de la persona sufriente. Tener disponible los lugares a los cuales se puede solicitar ayuda inmediata y bregar por la accesibilidad a estos recursos de la comunidad.

 

Pero abordar el tema suicidio también supone entender que existen los denominados “factores protectores”, como el estilo de personalidad de cada uno/a, los tipos de vínculos afectivos y sociales, recursos para una buena comunicación, redes de sostén y lugares de pertenencia, participación comunitaria y social, tener un buen estado de salud física y mental, una autoestima saludable. Como así también relaciones familiares saludables, existencia de confianza, respeto, flexibilidad y seguridad.

 

En este punto es necesario que las y los jóvenes puedan acceder a educación y servicios de salud de calidad, disponer de herramientas preventivas para el suicidio, contar con apoyo adulto para superar situaciones de crisis y, sobre todo, tener el derecho a expresar opiniones, ser escuchados y considerados y participar en las decisiones sobre los temas que les afectan. 

 

Mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio; una escucha activa prestando atención a lo que nos dice alguien que sufre reflejando sus palabras y emociones, una escucha genuina, profunda y generosa que pueda reparar algo del vínculo de esa persona con el mundo es una herramienta poderosa.

 

Qué importancia enorme tiene poder escuchar y estar alertas ante pedidos de ayuda. Poder registrar factores de riesgo (depresión, desesperanza, consumo de alcohol y sustancias, situaciones de violencia). Poder tener esta escucha activa compasiva, respetuosa y sin juzgar.

 

Demos apoyo a quienes lo necesitan, a quienes se sientan solos/as; es la sensación de soledad y desesperación una variable a tener en cuenta en el suicidio, guiemos para que reciban asistencia, acompañemos, alentemos a que se puedan comunicar. Tomemos en serio todos los comportamientos e ideas suicidas. El prejuicio social, el estigma, la vergüenza que pesa sobre el tema de la muerte, el tema del suicidio, el tema de los sufrimientos mentales; va en desmedro de poder hablar sobre este tema. 
Es una muerte que nos asusta, nos perturba, nos duele y nos atraviesa.

 

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