Agustín Pujol: ¿Un comerciante afortunado o un visionario patagónico?
Por Carlos Sanabra
por REDACCIÓN CHUBUT 21/11/2024 - 00.00.hs
Agustín Pujol fue, para algunos historiadores, simplemente un comerciante afortunado de principios del siglo XX, de quien sobrevive su imponente Chalet, verdadero hito urbano de la ciudad.
Cuando se recorre su vida se descubre su enorme contribución, prácticamente olvidada, a la organización del territorio de la meseta patagónica.
Este 23 de noviembre se cumplen 156 años de su natalicio, tal como lo señala la placa de bronce que en 1928 colocó “la Municipalidad y el Pueblo de Puerto Madryn” (al año siguiente de su fallecimiento), en la esquina de Pedro Derbes y la calle que hoy lleva su nombre.
Nacido en 1868 en Santiago de Compostela (Galicia) llegó a Puerto Madryn en 1888. Unos años más tarde recorrió la meseta en todas sus direcciones montando una mula y con otra de tiro. Conoció a sus habitantes: pueblos originarios, comerciantes, aventureros, buscadores de oro, ganaderos, mercachifles, bandoleros escapados de la justicia y al mismo tiempo reconoció la región: mallines y serranías, pampas heladas, valles, arroyos y pedreros.
En 1896 se encontró en la Colonia 16 de Octubre (actual Trevelin) asociado a John Murray Thomas, para solicitar a la Autoridad Nacional boleto de marca y seña para la crianza de ganado.
Antes del año 1900 ya estaba instalado en Ñorquinco y luego en Gastres con sendos Almacenes de Ramos Generales, para atender la demanda comercial de la región y servir de asiento y parada a su tropa de carros que ya circulaban desde Puerto Madryn a Ñorquinco, en un recorrido de unos 700 kilómetros.
Desde Madryn las tropas de carros trepaban hacia el Oeste. Tenían que recorrer 100 kilómetros y subir 1.000 metros para llegar a la meseta.
Constituidas por 20 a 30 carros y unas 9 a 12 mulas por cada carro, sumaban un contingente ruidoso y polvoriento de unas 40 a 60 personas que atravesavan la Patagonia con una carga de 100 a 120 toneladas de mercaderías, (lo que hoy llamaríamos una logística de transporte).
En Madryn se concentraban las cargas que venían de la meseta, se las preparaba para subirlas al tren y luego a la bodega de los barcos. Las cargas que llegaban por el barco se las preparaba para el viaje en carro a la meseta, (lo que hoy llamaríamos un centro de acopio y transferencia de cargas).
Gastres constituyo su centro de operaciones en la meseta. Llegaban allí desde la costa luego de 30 días (mínimo) de travesía pasando por Sierra Chata, Telsen, Gan Gan, Sacanana, Gastre. Luego las tropas se reorganizaban para continuar hacia la cordillera. Una parte hacia Costa Sud Chubut (hoy Paso del Sapo) donde atravesaban el rio Chubut en dirección a Colán Conhué y Esquel,y otra parte continuaban hacia Ñorquinco, Cushamen, Leleque y Cholila.
En 1903 construyó su casa central de Ramos Generales en Gastres, de piedra, gigante para la época, que cubría las necesidades de provisión de mercaderías para la región, el acopio de lana, plumas, cueros, albergue para sus troperos y para los viajeros.
A corta distancia del Ramos Generales, instaló galpones y máquina de esquila de veinticuatro manijas con las que realizaba la zafra de 60.000 a 70.000 ovejas, ofreciendo ese servicio de esquila a todos los pobladores de la región, (lo que hoy llamaríamos un servicio a la producción).
Su red de Comercialización se completaba con las sucursales de la casa central, ubicadas en Costa Sud del Rio Chubut (hoy Paso del Sapo), Colan Conhué, Ñorquincó, a las cuales se sumaban otros Ramos Generales propiedad de otros pobladores en Cholila, Cushamen, Gan Gan, Telsen, Sierra Chata.
Próximo a los Ramos Generales construían sus viviendas de adobe aquellas familias que por su actividad tenían una relación laboral con el Ramos Generales, que era al mismo tiempo Boliche, lugar de encuentro, de atención de los inspectores de tierras, hotel, herrería para la reparación de carros, en fin, un verdadero centro de negocios.
Con el correr del tiempo y de los carros, las huellas fueron consolidando caminos y los Ramos Generales se fueron convirtiendo en pueblos, una amplia red de relaciones comerciales y sociales de desplego sobre el territorio.
Luego de su fallecimiento el 25 de enero de 1927 el impulso desarrollador de Pujol en la región quedo congelado, hasta nuestros días. Qué bueno sería que, cual si fuera un Pujol del siglo XXI, la meseta volviera a tener una logística de transporte, centros de acopio y transferencia de cargas, servicios a la producción, red de comercialización y centros de negocios.
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