Vandar se despidió de los escenarios con un gran show

Era el año 1982, tiempo de guerra que dejó dolor intenso en la historia de este bendito país. Durante esos días bélicos nació la idea desde el cerebro creativo de Carlos y Roberto Capoz, junto a Mariano Porqueras y Rubén Vázquez de darle vida a Vandar. Esa banda que dejó una marca registrada en el rock patagónico durante más de cuatro décadas y que este sábado 22 de noviembre le dijo adiós a los escenarios, con una presentación frente al Centro Cultural Provincial en Rawson.
No hay dudas de que Vandar logró descontracturar a una sociedad a través de saber entender sus canciones, de aportar precisamente a la apertura de cabezas para saber por dónde se «caminaba» y hacia donde se intentaba ir según las etapas vivenciales dentro de éstos últimos 43 años.
En diálogo con EL CHUBUT, la voz líder, Griego Capoz mostró «ocultamente» cierta melancolía, aquel sueño de jóvenes terminó en una noche de sábado donde se celebró el «Día Mundial de la Música» sosteniendo que «estamos culminando una parte de esta vida musical, de largos trayectos rockeros, de un universo donde los acordes y melodías dan lugar a historias», destacó.
El músico se enfocó «en aquellos primeros pasos y hoy uno ve que pasaron más de cuatro décadas, siendo parte de una banda totalmente desconocida para el medio, mantenerla, con altas, bajas, idas de integrantes, vueltas, con un sonido siempre sanguíneo porque esto se lleva o no se lleva en la sangre. Fue increíble, comenzó con una simple idea y que traspasó años, cumplimos, disfrutamos y lo más importante, siempre dimos lo mejor, que en cada ocasión de tocar la gente también lo disfrutara al máximo, me parece que se logró», enfatizó.
Si bien su historia es rica, a Capoz no lo mueve porque su paso silencioso demuestra humildad. Toda su vida de pentagrama lo mostró en la soledad grupal creativa, para luego ser una aguerrida puesta musical que le llegue a esa aldea de sensaciones llamado gente convertida en público.
Vandar dio mucho, creo un movimiento donde la pasión rockera se complementó con una poética que constantemente rozó lo social con el amor, muchas veces también las broncas interiores del ser y a veces dándole lugar a cierta esperanza de que puede venir algo mejor. Aquello de que la cosa.... Vandar.