Armando Vidal relató detalles del día que fue baleado frente al penal U 6
por REDACCIÓN CHUBUT 27/06/2012 - 00.25.hs
En diálogo con EL CHUBUT recordó los riesgos que debieron correr algunos trabajadores de la prensa durante la cobertura, y relató el momento en que resultó herido un corresponsal de una agencia de noticias frente a la cárcel de Rawson.
Poco después de la fuga del penal en agosto del ’72, tres periodistas de Capital Federal y uno local fueron baleados por fuerzas de seguridad que dijeron haber «confundido» al hombre que había sacado un teleobjetivo para tomar una foto del penal. Horacio Augusto Finoli, de la Agencia Associated Press, fue herido de bala, y aún lleva el recuerdo del plomo en la cintura.
Los periodistas habían sido llevados por Héctor «Pepe» Castro en su auto hasta las cercanías del penal de Rawson, junto con el subdirector de diario EL CHUBUT, Adolfo Samyn.
CRUDO RELATO
«El que atendió fue Osvaldo Bayer y le informaron que se había producido el hecho de la fuga. Por supuesto mandaron a los corresponsales de los respectivos medios; yo estaba cerca de Osvaldo Bayer y había que mandar a alguien. Me fui al aeropuerto, pasé una larga noche hasta el primer vuelo», empieza a relatar Vidal.
«Cuando llegamos a Trelew fui el primero que bajó. Por qué fui a EL CHUBUT, no sé, no me acuerdo; éramos muy amigos de Marcial Galina. Ahí mismo, del diario sabía que tenía que ir a Rawson a buscarlos a ellos; me habían dicho que estaban en Rawson y volvimos a juntarnos, fuimos a Gendarmería y yo los buscaba a ellos en el auto que estaba parado. El auto se detiene en la esquina de Seros y subo».
«Yo estaba atrás, Finoli a mi derecha. El fotógrafo entró por la puerta de la calle, llegamos a la esquina, estaba la caseta. El fotógrafo sale, quedan en mi dirección dos policías que estaban a 20 ó 25 metros mirando la escena. El fotógrafo dio la vuelta, se apoyó en el baúl del auto, armó el objetivo y enfocó a la caseta, apretó y ésa es la foto que salió en el diario y en todos lados, apretó el obturador y ahí empezaron a los tiros».
«El tiro sonó ruidoso, un ruido fuerte, pero no hubo impacto, no hubo una consecuencia del tiro. Volvió a sonar otro tiro, entonces yo grité. El fotógrafo vino, se sentó tranquilo, cuando el chofer enderezó el auto vimos todos a los policías. Yo estaba nervioso, estaban tirando en la misma línea que estaban los policías. El dice que manejó rápido, pero yo recuerdo que pasó muy despacio diciendo: periodista, periodista y mostrando algo, manejando, llevando la credencial. Había dos policías, uno morocho, grandote, y el otro más gordito con bigote, ése tenía el Fal, lo apuntó, y pasamos. Digo: lo convenciste; como seguían tirando, el segundo policía se había corrido un poco y puso rodilla en tierra, se puso a tirar a las ruedas; no le pegó a la rueda, creo que entró por el respaldo, pasó por el paragolpe, pasó la chapa del coche, pegó en la chapa del cigüeñal. Ahí explotó y le pasó por el tapizado del asiento y pegó en la espalda de Finoli; le dieron, dijimos. Yo lo que recuerdo fue el sobre todo, que tenía un tajo como de cuchillo casi a la altura de los pulmones, donde le había dado el plomo. Doblamos en la estación de servicio, con lo cual salimos de la línea de fuego; llegamos a la Comisaría pero como había habido tantos tiros, no nos querían abrir, hasta que un tipo nos conoció y entonces nos abrieron. Pusieron un policía en el capó e hicimos las cuatro cuadras hasta el Hospital Santa Teresita. Si seguíamos nosotros con el coche nos barrían, ahí dejamos a Finoli».
¿ES VIETNAM?
¿Esto es Vietnam? La pregunta cobró importancia cuando el periodista Armando Vidal publicó la historia en Clarín al cumplirse 30 años de la Masacre.
La pregunta fue para el comandante del V Cuerpo de Ejército, General Betti, ante quien reclamaron los periodistas por la falta de garantías para trabajar en la zona, luego de haber sufrido el tiroteo.
«Sí, es Vietnam», respondió el militar, y agregó que si allí morían periodistas por qué no podía suceder lo mismo en Argentina. «Fuimos como para pedir garantías, relató Vidal; él nos responde nervioso, el hombre, que no, que no hay garantías; ¿pero esto es Vietnam? le pregunté yo, porque había muerto un periodista de La Nación en Vietnam, y él contestó sí, esto es Vietman».
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