El Bar Chefi cumple hoy 75 años: un puñado de recuerdos de la vida en las chacras
por REDACCIÓN CHUBUT 15/04/2014 - 00.10.hs
Hoy el desarrollo de la tecnología y las vías de comunicación han cambiado las costumbres en la vida de las chacras, por lo que el bar ya no cumple la misma función que tenía en los viejos tiempos cuando los vecinos llegaban a caballo para tomar un vermouth o después regar los canales y hablar de la siembra.
El edificio permanece igual que siempre a pesar del paso de los años, y todavía varios chacareros paran a tomar una cerveza o a comprar yerba, y reviven anécdotas con Marta Chefi, la menor y única mujer de cuatro hermanos que ya no están, pero son recordados por el valioso aporte que hicieron a la comunidad del Virch.
Este almacén y bar fue fundado el 15 de abril de 1939 por Chefi, un libanés abocado al comercio de telas que llegó a la Argentina a finales del siglo XIX, y se radicó en 28 de Julio, Dolavon y Trelew. También se dedicó a la actividad agropecuaria, donde llegó a tener varias chacras en la zona del valle, que trabajó junto a sus cuatro hijos, entre ellos Haibi Marta Chefi, que sigue atendiendo el bar. En nuestra ciudad, el señor Chefi fundó la recordada mercería La Selecta, que funcionaba en 25 de Mayo y Rivadavia, donde hoy está el Banco Chubut.
Muchas vecinas todavía recuerdan aquel comercio «donde se adquirían las mejores telas que había en Trelew», según cuenta Marta Chefi. En 1939, la familia Chefi inauguró el bar y almacén bautizado con su apellido libanés y obtuvo la licencia comercial Nº 328, que conserva hasta hoy y lo convierte en uno de los lugares más tradicionales del valle. Marta Chefi cuenta que todavía puede ver sentado a la mesa a Ricardo Balbín comiendo asados junto con Atilio Viglione y los vecinos, al igual que Arturo Frondizi, quien estuvo de paso en el Chefi Bar en 1959, cuando visitó Chubut.
LUZ DE ALMACEN
A principios de siglo XX, gracias a la llegada del ferrocarril se instalaron los principales negocios: primero sobre la avenida Fontana y luego sobre la calle 25 de Mayo, que abastecían a vecinos de la zona urbana y las chacras. Los bares ubicados en la zona rural era un lugar de paso obligado para los vecinos que querían enterarse del acontecer local, decir algunos chismes, debatir de política, hablar de los problemas cotidianos y, por sobre todas las cosas, comprar y vender ganado. Al igual que otros inmigrantes españoles, italianos, judíos, alemanes y criollos, los Chefi fueron una familia de comercientes emprendedores libaneses que vinieron a estas tierras en busca de prosperidad.
En los viejos tiempos el bar Chefi abría sus puertas al alba, cuando los productores salían a trabajar a las chacras, no sin antes pasar por el lugar a caballo, por los caminos de tierra, o llevando mercadería en carros. Los fines de semana, el Chefi era el lugar más indicado para romper con el aislamiento y hacer vida social: hacían negocios, discutían qué cultivo sembrar, mientras que las mujeres y los niños intercambiaban historias, chismes, guiños, miradas cómplices y los problemas cotidianos de la vida en aquellos tiempos imborrables en el recuerdo de todos estos años.
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