DOLOR EN EL RADICALISMO

Falleció «Chiche» López

Fue diputado provincial y nacional. Integró la histórica Conadep.

por REDACCIÓN CHUBUT 05/01/2015 - 03.21.hs

El radicalismo de Chubut tuvo una generación de dirigentes que habían atravesado las décadas de los sesenta y setenta haciendo política como se pudo, aún en dictadura, que luego llegaron a los ochenta y al regreso de la democracia con un importante grado de madurez personal, política y profesional. Fue la «Generación dorada» del radicalismo de Chubut, lugar reservado a un puñado de dirigentes: Atilio Viglione, José Sáez, Manuel del Villar, Jorge «Tarta» López, Alfredo García, Hipólito Solari Yrigoyen y -por supuesto- Santiago Marcelino «Chiche» López. No mucho más.

 

No todos estos dirigentes estuvieron en la misma vereda. Algunos han tenido enfrentamientos históricos. Eran bien conocidos los enconos y peleas, por ejemplo, entre el grupo de «Chiche» López y Alfredo García, con el de Sáez-Viglione, y viceversa. Alguien reunirá algún día la historia política de la provincia en un libro, y todos estos actores y sus circunstancias tendrán un lugar destacado. En estos grandes dirigentes del radicalismo abrevaron y aprendieron dos gobernadores (Maestro y Lizurume) y una destacada nueva generación de dirigentes que ocupó cargos y puestos electivos en 12 años de gobierno y luego como oposición: intendentes, legisladores nacionales y provinciales, concejales... Todos se referenciaron con alguno de la generación dorada.

 

La madurez y la tolerancia fueron limando las diferencias. Al final no era sorpresa, años atrás, que «Chiche» y José compartieran un café en el diario o en Buenos Aires, donde Chiche López se había establecido como ex legislador, trabajando siempre para el radicalismo. Chiche era controversial y polémico. Llegó a estar peleado con su hermano el «Tarta» López por cuestiones políticas. Incansable defensor de la causa por los Derechos Humanos, hizo una gran tarea como integrante de la Conadep en democracia, y asistiendo -antes- a los presos políticos de diversas dictaduras. Era amigo de Mario Abel Amaya, con quien compartía la tarea de ocuparse de defender a los detenidos por razones políticas. Fue destacada su labor como diputado nacional entre 1983 y 1987, en un Congreso pleno de figuras nacionales.

 

Era de apostar fuerte a la juventud. Prohijó a Gustavo Di Benedetto y Gerardo Bulacios, como a tantos otros de aquel proyecto «Trelew 2000» que se reunía en la casa del «Gordo». Incluso apoyó su salto al dasnevismo el año pasado, aunque lo hizo más por las broncas intestinas que solía tener contra el senador Mario Cimadevilla, que por convicción. En los ’80, Chiche solía prestarles a los jóvenes su camioneta Chevrolet de un amarillo-verde indescriptible para reuniones políticas en la provincia, y siempre tenía un consejo para dar. Aquellos jóvenes radicales que hoy rondan los 50, van a recordar cientos de anécdotas de Chiche López. De buena relación con el peronismo, era amigo -su familia también- de Das Neves. Y uno de los últimos peronistas en visitarlo fue otro chubutense, César Mac Karthy.

 

La semana pasada, conociendo el final luego de varios meses de padecimiento, «Chiche» se fue despidiendo de sus amigos de Chubut, por teléfono. Los fue llamando uno a uno para el adiós. Y fue avisando de su muerte. Así se fue, consolando a los afectos, uno de los últimos de aquella generación dorada de radicales de Chubut. Hoy a las 9, sus restos serán cremados. Y luego habrá una ceremonia en Playa Unión, donde sus cenizas serán esparcidas en el mar. 

 


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