Silvina Sartor inaugura su exposición de fotografía artística infantil en el MUDICH
por REDACCIÓN CHUBUT 13/08/2015 - 03.16.hs
La exposición estará compuesta por 45 fotografías, en cuadros de tela de 40 cm x 40cm, de retratos, miradas y perspectivas de recién nacidos.
A través de una convocatoria realizada por Silvina en las redes sociales, los padres de los bebés se sumaron a la idea de convertir en cuadros las fotografías que Silvina había capturado de sus niños y que sean expuestas en esta sensible muestra que acompañará la felicidad de los padres y niños en su día.
LA ARTISTA
Nació en Córdoba pero no se considera oriunda de ninguna localidad ya que al poquito tiempo de nacer se mudó con su familia a Bahía Blanca y partir de allí ha vivido en numerosas provincias del país.
Llegó a Trelew con 39 años y se radicó aquí con su esposo e hijos hace 5 años.
Lo que comenzó como un hobby hace 20 años se transformó en su trabajo a medida en que se fue profesionalizando, se inició laboralmente haciendo paisajes y luego optó por la fotografía social.
En Buenos Aires, se especializó en publicidad e iluminación y con el tiempo se fue equipando hasta armar un importante estudio fotográfico. También trabajaba con productos publicitarios y por otro lado disfrutaba del retrato a mujeres embarazadas.
Una vez radicada en Trelew, comenzó a ofrecer fotos a embarazadas, pero según relató era un «mercado que había que abrir, ninguna futura mamá quería mostrar su pancita en una foto», pero el uso de internet y las redes sociales la ayudaron a difundir su trabajo y sumado al profesionalismo con que realiza sus fotografías -tanto en estudio como en exteriores- de a poco fue captando la confianza de su público hasta convertirse en un servicio consolidado del retrato artístico y especializado de la mujer embarazada.
EL TRABAJO CON LOS BEBES
Hace cuatro años atrás Silvina descubrió una nueva tendencia mundial que era la fotografía de bebés y decidió emprender un viaje de estudios para capacitarse en el área.
Con respecto a esta experiencia nos contó que «trabajar con bebés es un arte, no es un juego.
Hay que tener mucho cuidado, en lo personal tengo muy en claro que el bebé no es mío, es de la mamá, por lo tanto no los beso ni abrazo, simplemente los respeto, los poso y los fotografío.».
Describiendo su trabajo nos cuenta que para fotografiar bebés «hay que tener en cuenta los tiempos que deben ser respetados, la temperatura necesaria para preservar la salud del bebé y cuidar las posiciones.
El armado de las escenografías también es una tarea compleja porque se debe considerar las gamas de colores y su conjugación con las texturas, al mismo tiempo que hay que adaptarlas al cuidado por ejemplo de la piel del recién nacido que es tan sensible».
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