Regionales

Salutaciones para los locutores que le dieron su palabra a la radio en Trelew

El pasado 3 de julio se conmemoró en el país el Día del Locutor, merecida conmemoración que se hace a aquellos hombres y mujeres ligados al trabajo de los medios de comunicación que informan y entretienen a todos los sectores sociales.

por REDACCIÓN CHUBUT 06/07/2017 - 00.00.hs


Esta fecha invita a reflexionar acerca de su labor, ya que mediante su voz y un micrófono transmiten las últimas noticias, mensajes de aliento o de compañía. Así lo hizo Delia Ticera, una de las primeras locutoras de LU 20 Radio Chubut, quien en una nota muy especial, con sabor a nostalgia, historia y recuerdos, se propone traer a la memoria a todos los que dieron su palabra a la radio de nuestra ciudad, considerando que, más que una profesión, es la vocación más noble y exigente que se lleva en el alma; en ella está explícita no sólo el uso correcto de la voz, sino el vehículo de nuestros sentimientos.
La voz siempre está dispuesta a acomodar la palabra, para dar a conocer las noticias más duras o las más hermosas. Es sin duda el puente del alma del locutor y el mundo. Son parte valiosa en los medios, porque son los encargados de hacernos sentir emociones, sensaciones, impresiones, pasiones y muchos sentimientos más.
Es la voz que identifica a la emisora, que acompaña todas las horas del día, tanto al campesino cuando en competencia con el comienzo del día se levanta para iniciar sus tareas, como al maestro de la escuela rural, al que se prepara para compartir ciencia y experiencia con los niños, al obrero que espera un mensaje o el anuncio de una canción que lo conmueve, al ama de casa que desarrolla con dedicación tareas de su hogar, a los asistentes de la salud que acompañan a los enfermos; o produce una carcajada con un chiste, disfruta vendiendo un producto o presentando un programa. Todo nos lleva a un mismo destino, el «amado micrófono».

 

ALGO DE HISTORIA
Cuando en el año 1963 la primera emisora AM Radio LU 20 aparece en el aire de Trelew, fue todo un acontecimiento, y allí nacen frente al micrófono las voces de Hugo Edgar Gómez, Santiago Sierra Castro, Oscar Pablo González, Carlos Espinosa, Aldo Alvarez, Luis Alberto Jones, Carlos del Prado, Adolfo Dunker, Miguel Angel Vicente, Sleiman San Martín, Roberto Pedro Gerviño, Alberto Paradela, Carlos Ferrari, Fernando Rivadera, José Luis Poppe, Raúl Angel Paura, Esteban Lucas Quiroga, Alberto Melano, Carlos Fragoza y Carlos Hughes.
Como así también Marcelo Gómez, Hugo Jorge Sfiligoy, Carlos Guajardo, Ubaldo Jorge García, César Martelli, Diego Castro, César Pellegata, Mario Gutiérrez, Ariel González, Alberto Viegas, Luis Orellana.
Entre las voces femeninas, Nely Miras, Olga Radice, Delia Ticera, Elisa Mirta Ramírez, Stella Maris Corvalán, Inés González, Elisa Carboniari, Yamila Vogel, Ingrid Terraza, Silvina Cabrera, Diana de Mayo, Linda Cristi. Alba Sancio, Silvia Sánchez, Libertad Retamozo Mas. Todos ellos acompañados de excelentes operadores, ya que sin ellos, la voz del locutor no se luce.

 

EN EL RECUERDO
Ante tan significativa fecha, cabe recordar a grandes maestros artistas de la palabra, que nos antecedieron, que han pasado a formar parte de las voces celestiales que galardonan la eternidad. Grandes y distinguidas voces como Néstor Julio Orellano, Horacio Guratti, Luis Alberto Otero, Norberto Culman, José Antonio Martínez, Oscar Geanzalle, Danilo Perone, Francisco Rossi, Héctor Araneda, Marcelo Speratti, Bryn Wild, Otto Alberti, Raúl Lijo, Alberto Astutti, Juan Carlos Ferreira, Jorge Guillermo Corneo, Luis Alcides Calderón, Juan Marino, Gladys Aydeé Nuevo, Wanda Humphreys. A todos ellos nuestro eterno agradecimiento por todas las enseñanzas que nos dejaron.

 

SALUTACION
La «Patota de LU 20-1963» hace extensiva su salutación a todos los locutores de la zona y a las nuevas promociones que año a año se reciben de locutores nacionales en el Instituto del Iser de Trelew, donde aprenden de sus profesores que la tarea del locutor debe realizarse con excelencia, siendo veraz, ameno, culto y ágil para enaltecer la profesión. Ser locutor es una entrega diaria que enaltece la vocación, porque no se nace, se trae en lo más profundo de cada persona.
 

 

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