«Oscar Otero e Hijos» cumple 40 años de actividad comercial

Su propietario, Oscar Otero, junto a sus hijos Adriana, Oscar y Pablo, llevan adelante este emprendimiento, donde las nuevas generaciones le imprimen una orientación acorde a los tiempos actuales. Si bien es cierto, su fundador, Oscar Otero, próximo a cumplir 81 años, se encuentra jubilado hace mucho, se resiste a dejar la actividad que abrazó de por vida. «Siempre hay que hacer algo, mantener la mente ocupada en algo positivo», dijo al cronista de EL CHUBUT en momentos en que comentaba sobre su trayectoria comercial.
Siempre sumido en proyectos y diseños, Oscar, nos comentó sobre la transformación de la materia prima hasta ponerla al servicio de la familia, nos habló de los tiempos económicos que ha vivido, «y no me puedo explicar por qué nos vuelve a pasar lo mismo, y no podemos salir del fango. Este es un país que tiene todo y vivimos con un alto porcentaje de pobreza». Nos dijo que ha recorrido el mundo: «he estado en países que fueron destruidos por la guerra y vos hoy visitás esas regiones y ves como salieron y progresaron mejorando totalmente su standar de vida».
Oscar Otero nació en Gaiman, toda su vida está ligada a la Patagonia, particularmente la provincia del Chubut. «Esta provincia tiene todo, pesca, minería, ganadería, agricultura, turismo, petróleo y hasta el viento es aprovechable para producir energía y no entiendo porque no podemos salir adelante, teniendo todo. Esta es la provincia más rica de Argentina y sin embargo, sus habitantes tienen miles de necesidades». En su lucha diaria, Otero recordó las mejores épocas de su proyecto comercial. «Llegué a tener 27 empleados y ahora solo puedo sostener a 5», comentó visiblemente apesadumbrado.

TRAS SU SEGUNDO LIBRO
Oscar Otero hace unos años presentó su primer libro «Memorias de un Inmigrante», relacionado con sus padres que vinieron de Europa y se radicaron en el Valle. En estos momentos se encuentra escribiendo su segundo libro, esta vez para contar la historia de su familia. Ha recopilado fotos con gente que vivió y dejó su semilla en esta provincia, familias del Valle, que lucharon como él para superar los vaivenes de un país que quiere emerger pero no logra despegar. En fin, nuestro entrevistado, en su mundo de mármoles y mosaicos, que conoce la piedra, canteras y socavones, se siente feliz camino a sus 81 años porque puede aportar su experiencia a esas generaciones que siguen escuchando «ya vendrán tiempos mejores».