Por Armando L. Molina

Algunas consideraciones sobre el Chubut turístico

En 1950 diversas regiones del mundo fueron visitadas por 50 millones de turistas. El desarrollo de la aviación comercial llevó a que en 2016 fueran 1.200 millones y se calcula que en 2030 sean 1.800 millones. 

por REDACCIÓN CHUBUT 20/03/2018 - 00.00.hs

Hoy estamos en el siglo de la tecnología, por tanto, las personas tienden a disponer de más tiempo libre para el ocio. La semana laboral reduce su cantidad de horas. Los sistemas automáticos van reemplazando paulatinamente las labores manuales y, de acuerdo a la Organización Mundial del Trabajo, para 2030 la mitad de los trabajos que hoy utilizan mano de obra directa desaparecerán. En el turismo, por el contrario, crecerá, porque como en la construcción son dos actividades donde el trabajo humano es imprescindible. El armador de encofrados, el plomero o el electricista no pueden ser reemplazados, como el chofer del ómnibus, la mucama en el hotel o el cocinero en el restaurante, por tanto son las dos grandes actividades que seguirán demandando gente. Y aquí está la oportunidad que se debe aprovechar.
Chubut tiene infinidad de recursos, naturales, paisajísticos, culturales y el principal, el humano. ¿Qué región puede ofrecer culturas tan diferentes y tan hermanadas como nuestra provincia? Boers en el sur, galeses en el norte y nativos en el oeste. Paisajísticos como la meseta central, los bosques cordilleranos, los acantilados costeros. Naturales liderados por el área Patrimonio de la Humanidad que es Península Valdés y seguido por otros no menos importantes, aunque no tan renombrados, y muchas veces por nuestra propia culpa. 
Este potencial fue identificado y con los pocos recursos disponibles en ese entonces, puesto en valor por quienes a partir de 1964, liderados por Antonio Torrejón, iniciaron el camino del desarrollo turístico de nuestra provincia. Tengo en mi poder una copia del Plan de Manejo y Desarrollo del turismo en el Chubut de 1978. En él se proyectaba preparar todo para recibir 300 mil turistas extraprovinciales e internacionales para el año 2000. Estaba todo. ¿Cuántos recibimos hoy? No llegan a 90 mil, descontando el movimiento interno provincial, porque eso es como cambiar la billetera de un bolsillo al otro del mismo pantalón. ¿Qué pasó?

 

EVALUACION
Las premisas para un desarrollo turístico son: identificar el recurso y ponerlo en valor, asegurar la conectividad y dotarlo de servicios.
Los recursos están, tenemos 12 áreas naturales protegidas, hemos sido pioneros en conservación en el país. Podemos decir orgullosos que tenemos una de las biodiversidades más grandes de la Argentina.
La conectividad falla. Por inoperancia, desidia o directamente por ignorancia, se ha perdido. No quiero ser nostálgico, pero en las épocas que Aerolíneas Argentinas era también estatal, pero eficiente, y me refiero hasta 1990, el Aeropuerto de Trelew tenía conexión diaria todo el año con Río Gallegos y Ushuaia (en esa época no existía el aeropuerto de El Calafate). Y en temporada alta un vuelo extra. 
Ni hablemos de Esquel, entonces conectada con Buenos Aires, Trelew, Bariloche. Luego los desatinos del servicio aéreo hizo que fuésemos perdiendo presencia en las programaciones de vuelos, y a partir del 2001, peor. Es evidente que quienes han manejado el destino Chubut desde esa y esta época nunca tuvieron que vivir de brindar servicios al viajero que arriba (salvo cuando el licenciado Tolosa fue secretario de Turismo). Con el paso de los años hemos ido perdiendo conectividad aérea y viajeros de manera constante.
A las ferias de turismo no se va a pasear, se va a trabajar, a los despachos oficiales en Buenos Aires no se va a rogar, se va a exigir, y si no hacen caso, se los pone en evidencia. Lo «políticamente correcto» es hipocresía, a veces hace falta ser enérgico para abrir puertas. La Argentina tiene cinco destinos de turismo internacional por excelencia: Buenos Aires, las Cataratas del Iguazú, el Parque Nacional Los Glaciares, Ushuaia y la comarca de la Península Valdés. Hoy esta última ha quedado relegada a la mínima expresión y básicamente por la inoperancia e ineptitud de quienes han manejado el destino. Es Patrimonio de la Humanidad, un blasón único. Si alguien se detiene a mirar las publicidades en los diarios nacionales de los domingos, se van a dar cuenta que ni nos mencionan.
Tenemos servicios adecuados, con hotelería de primer nivel, transportes y guías de turismo de excelencia. La gastronomía es variada y reconocida. ¿Quién no pide langosta cuando visita un restaurante en Comodoro Rivadavia, dulce de frutas finas en Trevelin o degusta un servicio de te galés en Gaiman? 

 

PROPUESTAS
El turismo es algo intangible, cuando se vende no es algo que el comprador pueda llevarlo envuelto o en una bolsa, no. Es una ilusión, por tanto la venta del producto no es cuestión de dinero, es cuestión de usar recursos imaginativos e inteligencia.
La promoción de un destino no es gasto, es inversión. Por cada peso que ponemos en promoción, cien vuelven de la mano de los turistas que nos visitan. Esta debe ser hecha por especialistas y no por voluntaristas. El Comité Visit USA logra que 70 millones de turistas visiten por año los Estados Unidos, y son solo 45 personas.
Se debe recuperar la Casa del Chubut en Buenos Aires como fuera antaño, la embajada de los chubutenses, sitio de reuniones y centro de promoción.
Por otro lado se debe trabajar y reformular todo lo ateniente al Ministerio de Turismo, al personal de campo, al equipamiento, la fiscalización y control, relaciones institucionales con el Ministerio de Turismo de la Nación, de las provincias patagónicas, entes, direcciones y secretarías municipales y fundamentalmente con la Cámara de Turismo y asociaciones intermedias, ya que ellos están en contacto directo con el visitante y conocen sus necesidades.
Y fundamentalmente, comenzar a trabajar en equipo, dejando de lado miserias personales y posiciones egoístas. Parafraseando y adaptando al gran José Ortega y Gasset: Chubutenses, a las cosas, a las cosas...

 


 

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