Humedales: qué son y por qué conservarlos
Al escuchar la palabra «humedal» tendemos a pensar en un sitio húmedo, y es que justamente los humedales son áreas que permanecen en condiciones de inundación o, por lo menos, con su suelo saturado con agua durante largos períodos de tiempo.
por REDACCIÓN CHUBUT 05/02/2020 - 00.00.hs
En esta definición se incluyen una amplia diversidad de ecosistemas, no obstante todos los humedales comparten una propiedad esencial: el agua juega un rol trascendental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas.
El agua de los humedales puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas. En la caracterización de este tipo de ambiente, también se tienen en cuenta la presencia de plantas y animales adaptados a las condiciones de inundación o de alternancia con períodos de sequía.
El Día Mundial de los Humedales se celebra el 2 de febrero desde 1997, en conmemoración de la firma del Convenio sobre los Humedales en Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971. Este convenio es el primer tratado en el mundo relativo a la conservación y el uso racional de los humedales. El nombre del convenio ha llevado a que algunas veces se refiere al mismo como «la Convención Ramsar» y a los lugares declarados de interés por esta convención «Sitios Ramsar».
Los humedales son indispensables por los innumerables beneficios que brindan a la humanidad, desde la provisión de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.
Lamentablemente, a nivel mundial, la superficie y la calidad de los humedales siguen disminuyendo. En consecuencia, los servicios que estos ecosistemas proporcionan a las personas se encuentran en peligro.
EN PENINSULA VALDES
En la Argentina, se han designado hasta la fecha 23 Sitios Ramsar, que abarcan una superficie total de 5.687.651 hectáreas. En la provincia del Chubut se encuentra el Sitio Ramsar Humedales de Península Valdés. La designación de este único sitio, hasta el momento, no significa que no haya más humedales en la provincia, ni tampoco que los demás no sean de gran importancia, más allá de no contar con la declaración.
El Sitio Ramsar de la Península tiene la particularidad, y la importancia, de que diferentes especies de aves marinas y de playeras migratorias, hacen aquí su parada durante los desplazamientos anuales. Algunas especies como el Playero Rojizo, vuelan entre 25.000 y 35.000 km, desde la tundra ártica hasta Península Valdés y Tierra del Fuego, y de poder hacer estas paradas de alimentación depende su supervivencia. Para ser más claros: si destruyéramos estos humedales, varias especies podrían extinguirse.
El Sitio Ramsar Humedales de Península Valdés fue declarado el 7 de julio de 2012. Se divide en dos sub sitios: Golfo San José (playas Bengoa, Punta Conos, Fracasso, Larralde, Blancas, Iriarte, Isla de los Pájaros y Riacho San José) y Golfo Nuevo (playa Colombo).
¿Cómo podemos ayudar a protegerlos?
Hay períodos en que son más o menos sensibles al impacto humano, no obstante, actividades como recorrer las playas con vehículos son altamente impactante sobre el lugar y las aves. No todas las aves se alimentan de lo mismo en las playas de Península Valdés. Según la especie de ave, su alimento lo puede encontrar a mayor o menor profundidad, siempre hablando en milímetros. Entonces, este restaurante para aves se encuentra en una fina capa de arena próxima a la superficie. Cuando un vehículo se desplaza sobre la playa destruye este delgado ambiente y dificulta la alimentación de las aves. En algunos momentos del año también puede haber atropellamiento de nidos y pichones.
Una actividad que sí se puede hacer es el turismo. A nivel mundial, se sabe que al menos el 35% de los Sitios Ramsar han informado de que en ellos ha habido algún nivel de actividad turística, porcentaje que se repite de forma más o menos homogénea en todas las regiones. Dependiendo de las características de cada humedal, podrá hacerse avistaje de aves, mamíferos y/o reptiles. En algunos se puede hasta navegar, como en los Esteros del Iberá (Corrientes), hacer travesías en bici como en la Laguna de Mar Chiquita (Córdoba) o pescar como se hace en Delta del Paraná (Entre Ríos y Santa Fe). La realidad es que son más las actividades que se pueden realizar en los humedales que las que no.
Los sellos internacionales como los que posee Península Valdés, Patrimonio Mundial (1999), Sitio Ramsar (2012) y Reserva de Biosfera (2014), son más que declaraciones. Estos establecen pautas de manejo, fijan compromisos y bien aprovechados pueden significar beneficios económicos para la comunidad, como sucede en varios países.
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