Un funcionario que resistió las adversidades económicas y sociales

No en vano, resistió los avatares de una alicaída Trelew, carente de planificación y experimentando una coartada mirada progresista. Seis años litigando con la necesidad extrema, administrando carencia y sosteniendo la ayuda social demorada, muchas veces, por la sistemática burocracia estatal. Maderna se permitió alejarse, operativamente, de uno de los hombres que más conoce sus movimientos. El ala fuerte del Gabinete que permitió al intendente, a través de sus formas poco convencionales, cuestionables o aceptables, la reelección política-administrativa en una compleja ciudad.

Mientras manejó los recursos básicos e inmediatos, Castillo posibilitó a la ciudad la paz social. Se transformó en el brazo ejecutor del asistencialismo directo, obrando por el transcurrir calmo de una localidad dependiente del Estado, sumida en la marginación.

Castillo decidió alejarse por motivos personales. Y no dejó dudas de su pertenencia política. «Formo parte del proyecto que impulsa Adrián Maderna», dijo. Aclaró que continuará trabajando desde lo legislativo, «siendo funcional a las necesidades de la gestión».

Por último, agradeció «la confianza que el intendente depositó en mí para que estuviera en la cartera social que es un área muy difícil».