Regionales

Argentina en el recuerdo

Días pasados volví a escuchar al gran Cacho Castaña y su tema «Quedate en Buenos Aires» y rápidamente vino a mi memoria la historia reciente y no tanto de la evolución de nuestro país en los años posteriores a la segunda guerra mundial (hace rato) hasta nuestros días, donde pareciera que nada hemos aprendido ya que los responsables del timón de esta nave tampoco se han enterado. 

Buenos, malos, lindos feos o cualquier otra cosa. Pero ironía aparte, la  verdad es que el rumbo se perdió en la inmensidad de la desorganización, ya que pasamos de ser una potencia mundial, donde por ejemplo de ser el granero del  mundo o tener la tercera armada también del mundo, estar en la cúspide de la  educación en América o ser el pronóstico del segundo país del continente en importancia y ser primeros en muchas cosas más a no tener nada. O quizás sí: una inmensa pobreza de parte de la población, y una inflación galopante que nos agobia.

 

Revisar la historia es sin lugar a dudas tema de los historiadores principalmente, pero vivirla es otra cosa, y en este aspecto creo haberla vivido y saber de primera mano como nos fuimos destruyendo, de pisar lingotes de oro en la casa de la moneda hasta no tener ni un peso y es más, estar endeudados, la hemos visto pasar a todas.

 

Fuimos cayendo lentamente casi sin darnos cuenta y hoy la pobreza de gran parte de los habitantes es catastrófica y sin miras de dar solución a corto plazo, la economía está sin rumbo y los que nos gobiernan no saben como salir del atolladero, se dice que nos llevará entre una y dos décadas componer el panorama, eso desde ya si se acierta con la receta, sino la cosa continuará. No hay duda que los ensayos populistas han complicado el panorama, donde dar sin crear trabajo, no es el mejor consejo, pero desde ya muchas veces esto ayuda a tener un pueblo sojuzgado donde el mismo individuo ha quedado cautivo de los espejitos de colores que les mostraron.

 

El mundo ha ido evolucionando a pasos agigantados y nosotros hemos quedado rezagados en nuestro avance hacia un puesto destacado entre las naciones del mundo, y vemos como países que antes eran nuestros deudores han progresado hasta dar satisfacción a su población, mientras que nosotros nos quedamos en la historia reciente añorando cosas que ya no volverán, porque nos quedamos en el recuerdo. Desde ya que no todo es tan catastrófico, pero esas cosas como destacarnos en lo satelital o en lo atómico o perder hombres como Favaloro, se evapora ante la triste realidad de seguir bamboleándonos en el mar de la incertidumbre. Cuando la cultura del trabajo, tener pocos y buenos políticos, una educación acorde y otra cuestiones principales encaminadas, entonces si la Argentina podrá salir a flote, y también entonces la canción de Cacho no nos golpeará tan fuerte.
 

 

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