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Obra Pública: El Club de los amigos K

La matriz de negocios para los amigos y la obra pública para fines políticos no ha cambiado con el gobierno de Alberto Fernández. Otra vez estamos ante una seguidilla de irregularidades para repartir contratos.

por REDACCIÓN CHUBUT 25/07/2022 - 20.02.hs

La matriz de negocios para los amigos y la obra pública para fines políticos no ha cambiado con el gobierno de Alberto Fernández. Otra vez estamos ante una seguidilla de irregularidades para repartir contratos, anticipos financieros y redeterminaciones que no tienen ningún tipo de justificación. Hoy lo vemos en Comodoro pero esta práctica se extiende en todo el país.

 

En la capital del petróleo lo gobernantes son artífices y cómplices de un karma sin destino: la falta de agua. Frente a la posibilidad inminente que nuevamente se paralice la Obra de Repotenciación del Acueducto Lago Musters – Comodoro Rivadavia -Rada Tilly – Caleta Olivia, el intendente de Sarmiento (FdT) acude a la muletilla kirchnerista del “Ah, pero Macri”, nunca más falsa e hipócritamente invocada que en este caso.

 

Cuando fueron justamente los kirchneristas ni bien asumidos en diciembre de 2019 (Alberto Fernández, presidente; Juan Pablo Luque, intendente de Comodoro; y el propio Sebastián Balocchi, intendente de Sarmiento, quienes se jactaron de ocuparse de gestionar que la empresa CPC S.A. reanudara la obra del acueducto. Le perdonaron la vida, las irregularidades y las demoras, con tal de devolverle la obra a los amigos del FdT. No nos olvidemos que la renuncia de Guzman encontró al presidente de la Nación en la casa de Fabián de Sousa y que Cristóbal López fue garante del acuerdo electoral 2021 del FdT en Chubut, ambos los principales socios de la constructora.

 

En 2016 el ENHOSA elaboró un informe (Nro. 2/2016 (1) en el que daba cuenta de irregularidades en la obra, no solo del cambio de tipo de conductos, sino también la incorporación “a la obra del acueducto” de una planta de ósmosis inversa para Caleta Olivia por un valor cercano al 50% del valor de la licitación, que excedía todos los porcentajes de ampliaciones o redeterminaciones, constituyendo en los hechos una adjudicación directa, que valieron la denuncia en la Oficina Anticorrupción y en la Justicia.

 

En cuanto asumió Alberto, todo se dio vuelta, todos los referentes locales se acordaron del acueducto, los mismos que del 2015 al 2019 no habían movido un dedo para activar la obra porque eso hubiera puesto en evidencia el abandono y los incumplimientos de su amigo y benefactor.

 

El 2020 los encontró a Alberto Fernandez, Katopodis, al intendente de Comodoro, y funcionarios del gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, todos unidos. En plena pandemia firmaron acuerdo para el reinicio de la obra, “haciendo borrón y cuenta nueva” olvidándose de todas las irregularidades debidamente documentadas y denunciadas, devolviéndole la obra a CPC junto con un desembolso de 80.000.000 de pesos para que reactivara la construcción del acueducto (2).

 

Una obra sin fin

 

Después de que esta misma dirigencia K anunciara infinidad de veces que el acueducto estaría terminado para fines del 2020 y luego para fines del 2021 -no olvidemos el acto proselitista de Alberto Fernández en Comodoro como capital alterna anunciando 15 mil millones de pesos en obras, entre las se contaba el acueducto-. Este año “descubrieron” el daño ocasionado por la falta mantenimiento de protección catódica y las dificultades administrativas con los superficiarios que seguían sin resolverse impidiendo que se continuara la trama de la tan ansiada obra.

 

Con esa misma lógica cortoplacista y amiguista, hoy Juan Pablo Luque, Sebastián Balocchi, CPC S.A., todos del FdT, todos amigos de Cristina y de Alberto, todos beneficiarios del desfalco K de nuestra provincia y del país, juegan a pelearse y a mirar para otro lado.

 

Y esperan que llegue el 31 de julio, fecha límite para que esta vez sea CPC la que termine rescindiendo la obra, imputando culpa del Gobierno Nacional, para pretender cobrarse una suculenta indemnización y de paso sacarse un problema de encima.

 

Cuando eso suceda, todos los que no respaldaron la defensa que se hizo en el gobierno de Mauricio Macri de los recursos que se malgastaban y las irregularidades técnicas que se verificaban, los que "gestionaron" la reanudación de la obra a costa de exonerar a una empresa incumplidora de los anteriores retardos e incumplimientos, los que no verificaron que estaban dadas las condiciones para la reanudación de la obra pero prefirieron el titular del diario y darle una mano (una vez más) a sus amigos, serán los culpables de que Comodoro (como también Rada Tilly y Caleta Olivia) haya perdido otra oportunidad a costa de los mismos de siempre. 

 

Es agotador, ver como el circuito se repite. Es una maniobra similar a la que utilizaron en el Estadio del Centenario de Comodoro Rivadavia, mantener a toda costa a la empresa CPC al frente de la obra aún a pesar de las irregularidades, pero esa vez apareció el municipio a asumir ese costo por capricho de sus gestores que tienen una relación de cuasi subordinación con los mentados empresarios.

 

Aunque Comodoro tiene otras prioridades urgentes: no tenemos la provisión de agua asegurada, tenemos innumerables familias sin servicios, no tenemos el sistema de obras hídricas completo, tenemos las playas contaminadas porque se vierten diariamente al mar más de 30.000 millones de litros de efluentes cloacales, aguas grises y pluviales sin tratar… Y como si fuera poco, entre bombos y platillos, hace un mes adjudicaron la obra de un emisario submarino para la zona norte de la localidad. ¿Adivinen a quién?

 

- Nota de la diputada Ana Clara Romero para el diario Perfil

 

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