Rescatan a una joven que cayó a quince metros de profundidad por pozo de la vieja calera

Fue en el predio de «La Calera», en el barrio Corradi de Trelew.
La menor sufrió un fuerte traumatismo en la cadera al caer sentada y le iban a hacer estudios para descartar una posible lesión grave.
El hecho ocurrió en la calle Burmeister entre Pascual Daleoso y avenida Rawson, en el sector oeste de la ciudad. En un lugar que desde el 2010 está abandonado: desde que dejó de funcionar por el fallecimiento de su propietario, el recordado geólogo Luis Jorge Marzullo.

 

El pozo por el que cayó la adolescente.

Desde ese momento, y tras una sucesión de saqueos en los que la delincuencia trelewense hizo verdaderos estragos en el lugar, llevándose prácticamente todo lo que allí había, se convirtió en refugio de vagabundos y malvivientes, como también sitio de hechos de violencia. Allí encontraron muertos y hasta hubo algún que otro crimen.
Ayer a la madrugada se congregó ahí un grupo de menores a curiosear y la aventura casi termina en una tragedia: la chica que cayó por el conducto de la chimenea pasó a milímetros de la punta de un fierro clavado muy cerca del sitio del que fue rescatada por los bomberos. 

«La denuncia que entró fue que había caído a un pozo y cuando llegaron se encontraron con que la menor había caído por el conducto de una chimenea de la calera que tiene entre ocho y diez metros de diámetro por quince de largo. Y las paredes son de ladrillo de un espesor de ochenta a noventa centímetros». Las explicaciones corresponden al oficial Montes de Oca, segundo jefe del Cuartel de Bomberos de Trelew que estuvo al frente del operativo mediante el cual sacaron a la víctima del hoyo al que había caído. 

«¿Y cómo cayó esta chica a ese lugar? ¿Curioseando?», se le preguntó. «Claro. Ella y otros menores se habían juntado ahí. Ese conducto, esa chimenea tenía respiradores, portones de metal que ahora no están, y se ve que la chica se quiso asomar por arriba a ver qué había y al haber escombros sueltos pasó de largo», consignó. 

«La verdad que está chica volvió a nacer», dijo más adelante y luego explicó el por qué. «Porque desde arriba (al final del conducto) se veía un fierro clavado que tendría dos metros de alto y estaba a un metro y medio de donde (el personal) estaba trabajando. Y le pedí a uno de los bomberos que le preguntara a la menor si no se había lastimado con ese fierro y ella le contestó: ‘¿Qué fierro?’ Ni lo había visto. Imagínese si se lo hubiera clavado».
Finalmente el lugar al que cayó la jovencita es de material, de cemento, y confirmó que fue la única persona a la que rescataron, respondiendo ante una consulta sobre el novio de la menor que se había introducido al sitio para tratar de sacarla de ahí. Dijo que él salió por sus propios medios. 

 

La vieja calera, una preocupación permanente de los vecinos.

 

UN VIEJO RECLAMO DE LOS VECINOS
La vieja Calera vuelve a ser noticia, una mala noticia, que por obra del destino o quién sabe qué, no terminó en tragedia, pero un gran peligro se cierne sobre ella y aunque advertidas decenas de veces de estos y otros riesgos, y por todos los medios posibles, las autoridades municipales no despiertan y tienen a quienes sí se preocupan y quieren hacer algo positivo, sumidos en la burocracia y muy lejos de brindar solución. Mientras tanto, los vecinos del barrio viven pendientes de lo que pueda ocurrir en ese edificio en el que se juntan personas a beber, también malvivientes, chicos a jugar, e incluso estaría viviendo una pareja.

Innumerable cantidad de veces este medio transmitió la preocupación de los vecinos del barrio por el alto grado de peligrosidad que se origina por el predio abierto.
La preocupación de los vecinos ha sido transmitida al Municipio, a través de la vecinal, y los propios vecinos en persona se han acercado a las oficinas correspondientes, pero en ellas solo les han pedido que presenten informes, y aunque presentados, cayeron en saco roto y siguen ocurriendo episodios de inseguridad.

Desde larga data los vecinos piden que se tapie el edificio, y la junta vecinal presentó escritos al intendente Adrián Maderna y al presidente del Concejo Deliberante, Juan Aguilar, pero «no tenemos respuestas, nos piden informes, los elevamos, pero seguimos con la misma dificultad», expresó a este medio en una de las oportunidades Camila Sepúlveda, a cargo de la presidencia del barrio Corradi.

La dirigente fue advertida que incluso personas pernoctarían en el lugar, y hasta habría una pareja viviendo. El pedido fue para que el Municipio intervenga ante el dueño del lugar para que cierre el predio, que está abandonado. Muchos vecinos prefieren que directamente sea demolido. Lo cierto, es que el dueño no aparece, así como tampoco, las autoridades municipales que debieran intervenir y darles respuestas a la comunidad.