Regionales

Nuestro futuro y la Constitución Nacional

Por Luis López Salaberry - [email protected]

por REDACCIÓN CHUBUT 29/10/2023 - 00.00.hs

Es interesante retomar la Constitución Nacional. Nuestro sistema electoral actual es una consecuencia de la reforma constitucional efectuada en el año 1994 que estableció, en el artículo 96 entre otras especificaciones, para la elección de Presidente y Vicepresidente de la Nación el sistema de doble vuelta, conocido como «balotaje», en el sentido de que los más altos cargos mencionados, o sea el presidente y el vicepresidente de la Nación «serán elegidos directamente por el pueblo entre las dos fórmulas de candidatos más votados dentro de los treinta días de celebrada la elección general», primera vuelta, y no se den las alternativas también previstas por la ley fundamental.

 

Creo que es muy importante este recordatorio por cuanto daría la sensación que, para muchos dirigentes de partidos políticos o coaliciones, las elecciones se habrían terminado prácticamente en la primera vuelta y ello no es así por cuanto no existe ganador.

 

El pueblo sigue teniendo la obligación y el derecho de elegir entre las dos fórmulas mas votadas, pese a la desazón o el desconcierto de algunos y hay que recordarlo: este sistema es parte de la democracia. En una palabra, pretender que alguien no vote o anule o impugne su voto no solamente desconoce el derecho, sino que también está indirectamente negando su preocupación por su futuro y descalificando el sistema.

 

Nuestro país se debate hoy por corrientes o ideas que se contraponen de una manera muy explícita aunque, de acuerdo a nuestra cultura y tradición, son coincidentes en los aspectos centrales que hacen a las funciones del Estado y, como no podría ser de otra manera, de respeto irrestricto al Estado Constitucional de Derecho, en donde no se pone en duda las características del mismo. Así también sus funciones en materias de seguridad, educación y salud pública que son sostenidas por todo el conjunto social a través del sistema impositivo y que nadie pretende su arancelamiento y la eliminación de la gratuidad.

 

Se podrá discutir y debatir sobre su calidad y/o su prestación efectiva, lo cual es un grito por el déficit que resuena en todo el ámbito territorial, dado que hoy no cubre las expectativas, pero eso es el resultado de políticas erróneas o equivocadas que han sido aplicadas. Lo mismo ocurre en materia de seguridad o de política económica o de generación de puestos de trabajo o de promoción de inversiones pero todo ello, seguramente, deberá surgir de la aplicación de un plan, como la eliminación del flagelo de la corrupción o de la inflación, o de la actual inexistencia de ese plan que nos tiene a los argentinos navegando en un mar de incertidumbres.

 

En suma para sacarnos esas incertidumbres de encima está la próxima elección donde seguramente y previamente deberán aclararse varios temas que hoy permanecen en la gran oscuridad. Por ejemplo los acuerdos con la República Popular de China o cómo podrá eliminarse la inflación, que tantos pobres genera cotidianamente lo que nos ha llevado a una situación insostenible para tantos compatriotas, casi la mitad de la población argentina. En suma es probable que las dos fórmulas que compitan no sean del agrado a la perfección de aquella otra fórmula que se había presentado para ocupar los mismos cargos y se votó.

 

Pero la mayoría de los argentinos eligió las que están. Hoy si queremos ser partícipes de lo que ocurra con nuestro país en el futuro, que es lo mismo que decir con nuestras aspiraciones y las de nuestros seres queridos, nuestra educación, salud, trabajo, seguridad, justicia, jubilación digna, vivienda y en general bienestar de vida, no nos queda mas remedio que elegir entre seguir en el subdesarrollo o modificar la tendencia para un día ser un país desarrollado con un capital humano de calidad.

 


 

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