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La Energía nuclear está en declive porque tiene cuatro problemas sin resolver I

En 2003, un importante estudio elaborado por los defensores de la energía nuclear en el Instituto Tecnológico de Massachusetts identificó los costos, la seguridad, la proliferación y los residuos como los cuatro “problemas sin resolver” de la energía nuclear

No es de extrañar entonces que las empresas que intentan vender nuevos diseños de reactores afirmen que su producto será más barato, producirá menos residuos radiactivos -o ninguno-, será inmune a los accidentes y no contribuirá a la proliferación nuclear. 

 

Estas tentadoras promesas consiguen inversores que adquieren acciones de esas empresas, pero la falta de cumplimiento puede terminar en denuncia de estafa a inversores y condena.

 

Muchas de estas empresas han sido respaldadas por inversores ricos y portavoces influyentes, que normalmente han tenido tanto que ver con la energía nuclear como yo con la literatura sánscrita.

 

Los nuevos diseños de reactores nucleares no resolverán los múltiples retos a los que se enfrenta la energía nuclear.

 

Una clase de reactores nucleares que se ha promocionado ampliamente en este sentido durante la última década, son los pequeños reactores modulares (SMR). 
La promoción ha sido productiva para estas empresas, especialmente en Canadá. Algunas de estas empresas han recibido grandes cantidades de financiación de los gobiernos nacionales y provinciales. 

 

Ninguno de los diseños en elaboración admite fallar en la solución de los problemas detallados por el MIT.

 

La gestión de cualquiera de estos retos -mejora de la seguridad, resistencia a la proliferación, disminución de la generación de residuos y reducción de costos- tendrá que reflejarse en el diseño técnico del reactor nuclear. El problema es que cada uno de estos objetivos impulsará los requisitos del diseño del reactor en direcciones diferentes, a veces opuestas. (Ejemplo Seguridad versus costos)

 

Nos proponemos analizar, aunque someramente, los cuatro problemas sin resolver de la energía nuclear. 

 

Empezamos con el reto más difícil, el económico. 

 

La energía nuclear es una forma cara de generar electricidad. En la edición de 2021 de su informe anual de costos, Lazard, la empresa de Wall Street, estimó que el costo nivelado de la electricidad de las nuevas centrales nucleares se situará entre 131 y 204 dólares por megavatio hora; en cambio, las centrales solares y eólicas de nueva construcción producen electricidad a un precio de entre 26 y 50 dólares por  megavatio hora, según Lazard. La diferencia entre la energía nuclear y las energías renovables es grande, y cada vez mayor.

 

Mientras que los costos de la energía nuclear han aumentado con el tiempo, el costo nivelado de la electricidad para la energía solar y la eólica ha disminuido rápidamente, y se espera que esto continúe en las próximas décadas.

 

Incluso los costos de explotación de las centrales nucleares son elevados y muchos reactores se han cerrado por no ser rentables. En 2018, NextEra, una gran empresa de servicios eléctricos de Estados Unidos, decidió cerrar el reactor nuclear Duane Arnold, porque estimaba que la sustitución de la energía nuclear por la eólica “ahorrará a los clientes cerca de 300 millones de dólares en costos de energía, sobre la base del valor neto actual“.

 

 Reactor cerrado Duane Arnold

 

Los elevados costes descritos anteriormente corresponden a las grandes centrales nucleares. Los SMR, como su nombre indica, producen cantidades relativamente pequeñas de electricidad en comparación.

 

 Desde el punto de vista económico, esto es una desventaja, porque el costo de construcción del reactor no es proporcionalmente menor a la disminución de potencia. 

 

Por tanto, los SMR costarán más que los grandes reactores por cada unidad (megavatio) de capacidad de generación. Esto hace que la electricidad de los reactores pequeños sea más cara. Por eso, la mayoría de los primeros reactores pequeños construidos en Estados Unidos cerraron pronto: simplemente no podían competir económicamente.

 

Los defensores de los SMR argumentan que la pérdida de economías de escala se compensará con el ahorro que supondrá la fabricación en masa en las fábricas y que, al construirse estas plantas en gran número, los costes bajarán. Pero para conseguir tal ahorro, estos reactores tienen que fabricarse por centenares, si no por miles, incluso con hipótesis muy optimistas sobre las tasas de aprendizaje. Por último, incluso si los SMR llegaran a tener un costo por unidad de capacidad comparable al de los grandes reactores nucleares, eso no bastaría para hacerlos económicamente competitivos, porque su costo de producción de electricidad seguiría siendo muy superior al de la energía solar y eólica.
Los defensores de la energía nuclear dicen que la energía solar y la eólica dependen de que el sol brille y el viento sople. Pero la gran diferencia de estos costos significa un amplio margen para pagar las tecnologías complementarias (Almacenamiento) necesarias para adaptarse a la variabilidad de la energía solar y eólica.

 

Históricamente, el costo real de los proyectos ha sido muy superior al anunciado. 

 

Un estudio independiente demostró que 175 de los 180 proyectos de energía nuclear examinados tenían costes finales que superaban el presupuesto inicial en una media del 117% (y tardaban, de media, un 64% más de lo previsto).

 

La conclusión es que la energía nuclear, ya sea de reactores grandes o pequeños, no es económicamente competitiva. Pero esto no es lo que se oye de los vendedores de pequeños reactores modulares.
 

 

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