Otra demora judicial inconcebible, por el ataque criminal contra diario EL CHUBUT

Los atacantes fueron filmados, fotografiados, denunciados. Pocos hechos hubo tan graves, tan evidentes y tan documentados en materia de ataques a la libertad de prensa en la Argentina, y nunca antes en la provincia. El odio alimentó aquel atentado.
Luego, la justicia lenta no es justicia. El tiempo va gastando pruebas, peritajes y testimonios, y cuando no, alguna «mano política» interviene.

La última novedad del caso en el que hay cuatro imputados por el ataque, es que el Tribunal Penal Colegiado que debía juzgarlos simplemente se declaró incompetente y ordenó a la Oficina Judicial que designe un juez técnico y se organice un juicio por jurados, lo que seguirá estirando los plazos, hasta que en algún momento la causa podría terminar prescribiendo. Sin justicia. El argumento de los jueces Mirta del Valle Moreno, Javier Allende y Vanesa Carolina Marín es que por la fecha en que se produjo el ataque, el caso debe ser juzgado en la modalidad de juicio por jurados, y no con un tribunal penal colegiado. Ello, a pesar de que tanto los cuatro acusados como el Ministerio Público habían aceptado la intervención del tribunal. Para decirlo en castellano: lavada de manos, pelota al córner, y que lo juzgue otro tribunal.

Ahora, hay que pasar todo un proceso para llegar a la instancia de juicio, con lo que la justicia tanto para las víctimas como para los acusados Víctor Emanuel Cotut, Jonathan Andrés Luna Almada, Walter Eduardo Medina y Marcos Antonio Wilipán; seguirá sin decir «presente». Ya con las dilaciones producidas hasta el momento, se perdieron pruebas y testimonios valiosos.
El proceso que sigue es la espera. Porque si el MPF impugna esta decisión del TPC, deberá intervenir el Superior Tribunal, con lo que la demora para hacer un juicio podría ser aún mayor.

El ataque incendiario y criminal contra Diario EL CHUBUT fue la mayor muestra de intolerancia ocurrida en nuestra provincia contra un medio, sus trabajadores, la empresa editora y sus periodistas. Así lo valoraron todas las organizaciones de medios y periodistas, de prensa, de DDHH del país y de América Latina. También lo hicieron y expresaron su repudio gobiernos provinciales y el gobierno nacional. Fue un ataque monstruoso que por poco no fue mortal. Quisieron prendernos fuego a causa de las publicaciones del diario, de la línea editorial, y de la opinión. Algo que ocurre sólo en países donde la democracia no existe.
Se ve que para varios miembros del Poder Judicial de Chubut, que toma decisiones casi un año tarde cada vez, como en este caso- la libertad no es un asunto tan importante y puede ser sometida a los vaivenes de una burocracia -y de una casta, ahora sí- con una escala de valores incomprensible, que nada tiene que ver con dar justicia.