La auditoría al ISSyS reflejó graves irregularidades en el manejo de bienes y servicios y contratación a proveedores

La investigación arrojó varias particularidades, entre ellas la entrega de materiales de construcción en domicilios inexistentes, en el caso de la obra para la nueva sede del ISSyS en Comodoro Rivadavia. En el contrato celebrado entre el Instituto y la Asociación de Personal Jerárquico (APJ) de Comodoro, para la entrega, por parte de esta última, de la planta baja y el primer piso en comodato para que el ISSyS funcione hasta tanto se construya su nueva sede, se indica que en el segundo funcionaría la APJ. La auditoría observó que, llamativamente, hay actuaciones realizadas por el Instituto para la realización de tareas y entrega de materiales en el segundo piso, con cifras millonarias. En algunos pasajes del documento se mencionan compras realizadas por el Instituto al proveedor más caro; y en otros casos, se presentaron a licitación dos personas físicas que resultaron trabajar para una sola persona jurídica; lo que reflejaría una fallida maniobra para eludir los controles administrativos en las contrataciones de bienes y servicios.

ANALISIS
Algunos de los documentos con los que la empresa auditora tomó contacto fueron 11 pedidos de actuación por las obras del complejo turístico Camping Playa Unión del ISSyS; 7 pedidos de actuación relacionados a la obra de ampliación del SUM por un monto total de $50.250.146; 4 pedidos de actuación vinculados a la construcción del depósito de basura y su rampa de acceso, por un total de $13.657.611; y 33 pedidos de actuación que, de acuerdo a la Gerencia del Instituto, están relacionados con refacciones concretadas en el inmueble «que fuera cedido en comodato al ISSyS por parte de la APJ, por un total de $10.319.629,14».

FALTANTE DE DATOS
En el caso del Camping Playa Unión, uno de los hallazgos que arrojó la auditoría fue, por ejemplo, que para 2 de los 5 pedidos realizados internamente por un total de casi $5 millones, la orden de compra no posee el detalle suficiente; es decir que no se especificaban ítems como plazos de entrega y condiciones de pago, entre otros. En uno de los cinco casos, las facturas por un monto total de $1.750.000 «no contaban con suficiente descripción de los bienes o servicios provistos». En otro de los pedidos, el detalle del material incluido en la factura y el remito no coincidían con el de la orden de compra. Y en 4 de los 5 pedidos vinculados a dicho camping, «no se observa documentación que evidencie la provisión del servicio o la entrega de bienes». En otro de los pedidos, por un valor superior al millón y medio de pesos, las firmas no poseían su correspondiente aclaración, por lo que no pudo dilucidarse qué personas autorizaron dicho gasto.
Además, en seis pedidos de actuación remitidos desde el instituto para la contratación de bienes y servicios para el camping (por un monto total de casi $50 millones), «no se optó por la modalidad de contratación apropiada de acuerdo a lo detallado en la normativa» y, por el contrario, fueron ejecutados bajo la modalidad de «compra directa».

INCONGRUENCIAS
Otro de los aspectos del Instituto analizados por la empresa auditora, es el vinculado al edificio cedido en comodato por la APJ, a partir del contrato celebrado entre ambas partes en 2021, relacionado con el inmueble ubicado en Tierra del Fuego 241 de Comodoro Rivadavia. Allí funcionaría la sede del ISSyS mientras se llevaba a cabo la obra de construcción de la nueva sede del organismo, en el inmueble que el mismo posee en Hipólito Yrigoyen 465 de la localidad petrolera.
En este sentido, los auditores corroboraron que, en documentación que corresponde a tres pedidos de actuación relacionados con el inmueble, «se indica un domicilio de entrega para los bienes o servicios contratados, que no coincide con el domicilio del edificio cedido en comodato (Tierra del Fuego 241), ni con el ubicado en Comodoro Rivadavia, propiedad del ISSyS, que se encuentra en reconstrucción (Hipólito Yrigoyen 467)».
Además, de los proveedores contratados para la provisión de insumos eléctricos y de construcción, tres de ellos presentaron una «alta correlatividad» durante los años 2022 y 2023.

PROVEEDORES «FRECUENTES»
También, la auditoría detectó distintos mecanismos considerados irregulares, entre ellos «productos o servicios similares, con destino a una misma delegación o complejo de propiedad del ISSyS, incluidos en distintos períodos de actuación»; recepción de una «única cotización» por parte del Instituto; adjudicación de contrataciones «al proveedor que presenta la cotización más elevada» y «recurrencia de los proveedores contratados para la provisión de determinados bienes y servicios». También, detectaron proveedores que emitían facturas «con numeración correlativa al Instituto» y «selección de proveedores ubicados en jurisdicciones o provincias distintas de aquellas en las que el bien o servicio es requerido».

PROVEEDORES
En uno de los casos investigados y evaluados por la empresa KPMG, hubo una cotización enviada por el proveedor «B. J. L.», y luego abonada por «E. C. R.», cuyo número de CUIL arrojó que se encontraba inscripta en AFIP con la actividad económica registrada de «servicios de preparación de comidas para llevar». Sin embargo, esta persona (E. C. R.) no figuraba como proveedor del Instituto, y para los auditores no fue posible establecer un vínculo entre ambos, sumándose a la serie de irregularidades detectadas por la auditoría, y que en los próximos días tendrían su correlato judicial.