Las sillas vacías también hablan: ¿Hay que votar a un candidato que no quiere debatir?
Ayer se realizó una nueva edición de «Chubut Debate», una iniciativa de FM EL CHUBUT y Diario EL CHUBUT que ya lleva dos ediciones por comicios en Trelew, y una por elecciones provinciales. Es un espacio democrático de respeto, participación, y exposición de ideas, organizado alrededor de ejes temáticos que tienen que ver con el desarrollo provincial, el crecimiento, y las preocupaciones esenciales de la gente.
por REDACCIÓN CHUBUT 15/10/2025 - 22.07.hs
Los debates son una herramienta fundamental de la democracia. Respecto de la candidatura a presidente, por ejemplo, en la Argentina son obligatorios por ley. Y no siempre gana el que mejor «debate». Un ejemplo de esto fue el triunfo de Javier Milei en 2023, luego de salir mal parado de debatir frente a Sergio Massa.
En todo caso, los debates son una herramienta muy útil para saber qué piensan los candidatos respecto de los temas centrales, más allá de las «chicanas», «operaciones» y «carpetazos» de zafras electorales que han ido perdiendo calidad política, institucional y discursiva. El debate es el lugar en que los postulantes hablan en serio, lejos de las consignas vacías y las campañas berretas.
Ayer, nos hemos encontrado con que los tres candidatos de las fuerzas principales que pueden obtener una banca al Congreso de la Nación por Chubut, han decidido no participar, no debatir, no exponer qué piensan de verdad, y darles la espalda a los ciudadanos interesados en su futuro familiar, personal, y social. Un gesto mezquino y ausente de cultura cívica, que sorprende.
La pregunta es qué esconde un candidato que no quiere debatir. ¿Ideas contrarias a su partido? ¿Algún féretro bajo la cama? ¿El miedo escénico a «perder» contra rivales que probablemente no llegarán al congreso? ¿El clipping de las redes? ¿Los haters?
No es muy corajudo rehuir las discusiones y más si son respetuosas, con altura, en el seno de un diario que acaba de cumplir medio siglo de vida y de cultura democrática.
Las sillas vacías también hablan. Y hay una clase dirigente que se encierra en sí misma como en un caparazón, no importa el color político, ni qué dudas tienen las personas que van a votar. Es la nueva política-selfie a la que le cuesta ver más allá de su pretensión cercana. Ello mueve a la siguiente pregunta: ¿Hay que votar a un candidato que no quiere debatir? Es un interrogante válido, e inquietante.
Últimas noticias
Más Noticias